El presidente de Brasil, Lula da Silva, fue dado de alta este domingo 15 de diciembre tras someterse a una cirugía para tratar una hemorragia intracraneal, consecuencia de una caída sufrida en octubre pasado.
La hemorragia se originó luego de que Lula se golpeara la cabeza en la bañera de hidromasaje de la casa presidencial, lo que obligó a los médicos a intervenirlo quirúrgicamente.
Durante su salida del hospital, sorprendió al aparecer en una rueda de prensa convocada por su equipo médico, llevando un sombrero que cubría las secuelas de la operación.
En su declaración, el presidente expresó: “Yo creía que estaba curado tras haber hecho cinco tomografías, pero me asustó el crecimiento del volumen de líquido en mi cabeza”.
Lula contó que incluso había vuelto a sus actividades cotidianas, como andar en la caminadora y hacer ejercicios de musculación sin ningún cuidado
El mandatario narró su experiencia días después de haber sufrido el golpe:
‘Comencé a sentir dolores de cabeza cuando me levanté y algunas cosas extrañas, que pensé que eran por el sol recibido al día anterior. Cuando los síntomas se agravaron, llamé al médico de la Presidencia y fui sometido a una tomografía. Los médicos vieron la tomografía, se asustaron y me pidieron que regresara de urgencia a São Paulo”.
A pesar de esta dura experiencia, Lula aseguró que regresará a sus funciones habituales para cumplir con sus responsabilidades como mandatario de Brasil.
