Un grupo de científicos ha revivido los “virus zombis” que han estado inactivos y atrapados en el hielo del Permafrost de Siberia (Rusia), donde se encuentra uno con más de 50.000 años de antigüedad. Así lo han reveló una reciente investigación del Laboratorio Cold Spring Harbor (CSH).
Se tratan de restos de animales prehistóricos, virus, microbios y otros microorganismos, que están sufriendo el derretimiento acelerado de sus capas de hielo.
“Debido al cambio climático, el descongelamiento irreversible del Permafrost está liberando materia orgánica congelada durante hasta un millón de años, la mayor parte de la cual se descompone en dióxido de carbono y metano, potenciando aún más el efecto invernadero”, explicaron los autores y lo recoge la DW.
Hay un virus de casi 50.000 años de antigüedad
Son 13 los virus identificados que han permanecido inactivos por miles de años, fueron extraídos de la lana de un mamut, de los intestinos de un lobo siberiano y de un lago de una gélida zona. Se conoció que cada uno de estos tenía genomas diferentes y nunca antes vistos.
Los científicos indicaron que revivieron a un virus al que llamaron Pandoravirus yedoma, que tiene una antigüedad de 50.000 años, siendo el más longevo hasta ahora.
¿Qué peligro puede representar?
Los expertos indican que estos “virus zombis” podrían representar una potencial amenaza para la salud pública, ya que tienen la capacidad de infectar a otros organismos y por eso es importante estudiarlos.
“Es necesario realizar más estudios para evaluar el peligro que podrían suponer estos agentes infecciosos al despertar de su gélido letargo”, sugieren los investigadores.
Hay más virus por descubrir debido al derretimiento de los glaciares:
Debido al calentamiento global, los investigadores creen que probablemente todavía quedan muchos otros virus por encontrar en la zona y ante el desconocimiento sobre la nocividad de estos antiguos patógenos, los expertos justifican la importancia de estudiarlos.
“La situación sería mucho más desastrosa en el caso de enfermedades vegetales, animales o humanas causadas por el resurgimiento de un antiguo virus desconocido”, escriben los investigadores.
“Es legítimo ponderar el riesgo de que las antiguas partículas víricas sigan siendo infecciosas y vuelvan a circular por el deshielo de las antiguas capas de Permafrost”, agregaron.