Su olor hace que unos lo amen y otros lo odien, sin embargo, en lo que la mayoría coincide es que el ajo cuenta con grandes cualidades para condimentar cualquier tipo de comida, pero la medicina también resalta otros tipos de beneficios para la salud estomacal.
En el pasado, el ajo era catalogado como un complemento curativo de medicación natural, ya que su consumo constante generaba una mejor salud intestinal, por ejemplo, el Codex Ebres, un papiro egipcio que data del 1550 A.C, contiene 22 beneficios del ajo con finalidad curativa, mientras que, en las civilizaciones más primitivas, el ajo se consumía y era recomendado para dar energía y proveer protección contra todo tipo de males.
El ajo contra enfermedades digestivas
Investigación publicada en la revista Journal of Antimicrobial Chemotherapy y comandada por la Universidad Estatal de Washington, Estados Unidos, explica que el sulfuro de dialilo, un compuesto del ajo, es cien veces más eficaz que los antibióticos populares para luchar contra la bacteria Campylobacter. una de las causas más comunes de infecciones intestinales. Además, entre sus beneficios se destaca que:
· Reduce el colestero: Tras un experimento, un estudio publicado en la revista Journal of Nutritional Biochemistry demostró que el consumo de ajo permitía bajar los niveles de colesterol, así como la presión arterial.
· Cuenta con propiedades analgésicas: El alto contenido en aceites esenciales y en minerales le proporcionan a este vegetal un efecto analgésico y antiinflamatorio que nos ayuda a aliviar otros síntomas como los dolores en el cuerpo y de cabeza.
· Combate el resfrío: Un equipo de científicos del St. Joseph Family Medicine Residency en Mishawaka, Indiana, llegó a la conclusión de que la ingesta de ajo puede disminuir la frecuencia de los resfríos en adultos.
· Cuida los huesos: El ajo es beneficioso para las personas que sufren de artritis o cualquier dolor articular gracias a su alto contenido de sulfuro y selenio. Se puede preparar una bebida de ajo y limón para tomar al día siguiente. Para ello, solo hay que machacar un ajo y mezclarlo con el jugo de un limón. Se recomienda tomarlo en ayunas.