El País, en su versión digital elpais.com, basado en dos grandes encuestas asegura entre 2012 y 2015 el número de adolescentes que declaraba que dormía menos de siete horas diarias había aumentado en un 22%.
Los especialistas en sueño coinciden en que los adolescentes necesitan mínimo 9 horas de sueño nocturno. Pero, ¿qué podía haber elevado la falta de sueño en este grupo de edad a esos niveles sin precedentes?
Entre 2012 y 2015 se había producido un cambio importante en sus vidas: más chicos y chicas tenían teléfono celular propio con conexión a Internet.
La investigación comprobó que el tiempo de conexión a la Red había aumentado en la década de 2010 y además guardaba relación con la reducción de las horas de sueño, lo cual lo convertía en la causa más probable de la falta de sueño.
Los chicos y chicas de 17 y 18 años –que pasaban más tiempo conectados a Internet que los adolescentes más jóvenes– eran también los que dormían menos. En 2015, la mayoría –el 51%– durmieron menos de siete horas casi todas las noches.
La relación entre el tiempo de conexión a internet y la falta de sueño era considerable. Pasar cinco horas o más al día en la Red (en comparación con una hora) aumentaba el riesgo de dormir poco en más de un 50%. Pasar tres horas al día (también en comparación con una hora), aumentaba el riesgo en casi un 20%.
¿Por qué los móviles con conexión a la red son la causa de que los adolescentes duerman menos?
A diferencia de otros aparatos electrónicos, como los televisores y las computadoras portátiles, los teléfonos celulares (y las tabletas) son fáciles de llevar al dormitorio y de tener en la mano mientras estás en la cama.
Y responder mensajes y subir y bajar por las redes sociales es mental y emocionalmente estimulante, lo cual produce alteraciones del sueño. Otros me contaron que, cuando se despertaban en plena noche, echaban mano al teléfono celular, muchas veces por pura costumbre.
También hay una respuesta fisiológica. La luz azul que emiten los teléfonos celulares y las tabletas imita la luz diurna, lo cual inhibe la producción cerebral de melatonina, la hormona que nos ayuda a quedarnos dormidos y a permanecer en ese estado.
La falta de sueño puede tener consecuencias graves para los adolescentes. Los que no duermen lo suficiente rinden menos en el colegio y tienen mayor riesgo de padecer obesidad.
La falta de sueño también guarda relación con los problemas de salud mental, incluidos la depresión y la ansiedad, entre los adolescentes y los adultos.