Quien coordina la recepción y la coordinación en el embalaje de los mismos ss Darío, un joven de 14 años de edad, quien desde hace algunos días asiste al Bicentenario para esta labor. “Soy voluntario y vengo todos los días y les digo a que sigan viniendo, que sigan aportando porque lo que aquí más se necesita son manos para ayudar”, dijo.
El joven recuerda a los ciudadanos que el aporte incluso puede ser por horas: “ lo único que les digo es que vengan a ayudar, no como yo me quedo todito el día, pero sí por lo menos que vengan una cuantas horas”, apuntó.
Acompañan al pequeño en estas labores de voluntariado sus padres, Francisco y Johanna, y su hermano Dillan, señaló este chico quien a su corta edad se siente feliz de aportar para los damnificados y especialmente para los niños de las localidades afectadas.
«Si los adultos están donando víveres, agua y muchas cosas más, las niñas y niños quiteños pueden donar sus juguetitos. Allá hay cientos de niños que lo necesitan y que al recibirlos seguro se alegrarán”, dijo.
Al respecto, María Fernanda Pacheco, presidenta del Patronato San José, quien personalmente coordina las acciones en este centro de acopio dijo que, aunque la prioridad son los envíos de alimentos, agua, suministros médicos, entre otros artículos, cada convoy que sale de Quito también incluye los paquetitos de juguetes que llegan a los niños.
“Nosotros no cerramos las puertas a ninguna donación, claro que la prioridad son los alimentos, el agua, medicinas, pero los juguetes también forman parte de la ayuda psicológica para los niños, quienes a través del juego, la pintura y la distracción les ayuda a superar esta situación y sobre todo para que vuelva a existir una convivencia familiar”, señaló Pacheco.