Las mujeres que presentan presión arterial alta entre los 40 y los 49 años de edad tienen 73 % más de probabilidades de desarrollar demencia que aquellas con presión arterial normal a esas edades, asegura un informe presentado hoy.
El estudio publicado en la revista científica American Academy of Neurology y dirigido por Rachel Whitmer, de la división de investigación del seguro médico Kaiser Permanente, hizo seguimiento a 7.238 personas que formaban parte del sistema de salud de la entidad en el norte de California en la década de los años 60.
«La presión sanguínea alta a mediana edad es un conocido factor de demencia, pero estos resultados nos pueden ayudar a entender mejor cuando comienza esta asociación, cómo los cambios en la presión sanguínea afectan el riesgo de demencia y cuál es la diferencia entre hombres y mujeres», comentó Whitmer.
Todos los participantes tuvieron un primer registro de presión sanguínea entre 1964 y 1973 cuando tenían un promedio de edad de 33 años y lo repitieron cuando su promedio de edad era de 44 años.
Cerca del 22 % de los participantes presentaban presión sanguínea alta en el primer chequeo, 31 % eran hombres y 14 % mujeres.
Cuando se hizo la revisión de las personas que estaban en la década de los 40 años de edad, igualmente un 22 % presentó presión elevada, aunque 25 % eran hombres y 18 % mujeres.
En 1996 los investigadores pudieron analizar los resultados de 5.646 participantes que todavía formaban parte del servicio médico y les hicieron seguimiento por un período de 15 años para determinar quiénes desarrollaban demencia.
En ese periodo, 532 personas fueron diagnosticadas con demencia, aunque no se encontró una relación significativa entre esa enfermedad y la presión sanguínea alta a la edad de los 30 años.
Sin embargo, la presión alta en la edad adulta media (década de los 40 años) mostró que las mujeres presentaban un riesgo 73 % más alto de desarrollar demencia que aquellas con presión normal a la misma edad.
Aunque el estudio muestra un factor importante en la prevención de la demencia en la mujer, los investigadores señalaron que una limitación del análisis para generalizar los resultados a la población actual son los cambios logrados a través de los años en la medición de la presión alta y el avance en las drogas para combatirla.
«Se necesita más investigación para identificar las posibles vías específicas para los sexos a través de las cuales la presión alta acelera el envejecimiento cerebral», anotó Whitmer.
Fuente: EFE
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