Para dar obsequios a nuestros hijos en Navidad tenemos que tener plena conciencia de que ello puede influir en su adultez. Desde el punto de vista psicológico, importante es en la medida posible cumplir con la regla de los cuatro regalos: uno para usar o que necesite, algo para leer, otro para experimentar y algo que realmente quiera.
De acuerdo con la recomendación de una experta, la psicóloga clínica, Ana Lucía Carrión, aplicar ello es sumamente importante ya que desde muy pequeños los niños “no puedan estar tan proyectados a la utilización de cosas que no le van a servir en ningún momento de su vida”.
Pues, empiezan a materializar sus deseos y de adultos se vuelven “personas que hacen compras compulsivas. Entonces, hay que tener mucho cuidado”. Incluso, hasta pueden sufrir consecuencias en su desarrollo y convertirse en niños hiperregalados.
Algo para usar o que necesite
De alguna forma, mamá o papá pueden conocer algo que su hijo quiera usar; más aún si ya está un poco más grande. Este refuerza la idea que la Navidad no es solo sobre lo deseado. Puede ser una prenda de vestir o material escolar.
Algo para leer
En el tema de algo para leer, se fomenta en el niño el hábito y se disminuye la utilización de dispositivos electrónicos.”Con la lectura potencializamos también la imaginación, la creatividad y la escritura”, sugirió Carrión.
Algo para jugar o experimentar
Si al niño o la niña le gusta algún deporte, este tipo de obsequio le ayudará muchísimo pues puede generar una conexión más fuerte. “Ese regalo también le motiva a jugar diferente a como está acostumbrado”.
Algo que realmente quiera
“Puede ser algún objeto que al niño le llame la atención, o algo que sea de manipular, como legos, plastilina. Estas actividades ayudan al cerebro a trabajar su parte izquierda y derecha”, recomendó. Este último es el epicentro de la emoción de la Navidad.