Una reciente controversia se desató en Perú cuando un video mostró a una mujer esparciendo las cenizas de una persona fallecida en Machu Picchu, uno de los sitios arqueológicos más sagrados e icónicos del mundo. En el video, que rápidamente se viralizó, se observa a la mujer lanzando las cenizas al aire en este Patrimonio de la Humanidad, generando un intenso debate sobre el respeto y las reglas de conservación en lugares de alto valor cultural y natural.
La acción de la mujer ha causado una fuerte reacción en redes sociales, donde usuarios peruanos y extranjeros criticaron el acto por ser considerado irrespetuoso hacia la historia y espiritualidad de Machu Picchu, además de ser una posible violación de las normas establecidas para la preservación del sitio.
En el video se ve que la mujer no identificada esparce unas cenizas que lleva en una bolsa de plástico. Al terminar, y tras corroborar que todas las cenizas han salido de la bolsa, hace una reverencia y se abraza con otra persona.
Machu Picchu recibe alrededor de un millón de turistas al año y cuenta con regulaciones estrictas que buscan proteger el lugar de daños físicos y preservar su integridad frente a actividades que pudieran poner en riesgo su estado de conservación.
Expertos y autoridades recuerdan que esparcir cenizas en Machu Picchu no solo representa un problema para su mantenimiento, sino que va en contra de las leyes peruanas, las cuales restringen prácticas funerarias en zonas arqueológicas y patrimoniales para evitar deterioro y conflictos culturales. La práctica, además, podría desatar una respuesta oficial que incluya sanciones para quienes no respeten las regulaciones establecidas en el ingreso y uso de este sitio, promoviendo también un llamado de atención para los visitantes sobre la necesidad de actuar con responsabilidad y sensibilidad en contextos culturales ajenos.
La abogada T’ika Luiza Obregón, integrante de la Comisión de Juristas de Cuzco, indicó a Andina que las “áreas arqueológicas no son depositarios de ningún tipo de cenizas y menos de un fallecido”.Sin embargo, consideró que podría ser “una forma de hacer propaganda y promover el arrojo de cenizas de difuntos en Machu Picchu y zonas arqueológicas”.”Hay que determinar si es una agencia que está dedicándose a este objetivo o es una persona, y de acuerdo a los niveles de participación, de gravedad, pues tendrá que darse la máxima pena”, subrayó.
Este incidente ha abierto nuevamente el debate sobre el comportamiento de los turistas en sitios de valor cultural y ha hecho un llamado a fortalecer las normas de comportamiento en espacios sagrados y patrimoniales como Machu Picchu