Antes del ingreso de las Fuerzas Armadas al Centro de Privación de la Libertad de Cotopaxi, el reclusorio era liderado por líderes de bandas criminales, hoy consideradas terroristas, y objetivos del Gobierno Nacional. Los cabecillas, para mantener sus privilegios, ejercía su poder frente al resto de reos.
Una de las acciones que llevaban a cabo, era colocar hasta 11 personas privadas de la libertad al interior de una celda, con el fin de obtener espacios exclusivos, donde podían construir su propia suite y hasta tener un jacuzzi.
Metro Ecuador realizó un recorrido por el centro carcelario, para conocer como luce bajo el control militar de las Fuerzas Armadas, mismo que inició una vez que el presidente de la República, Daniel Noboa, declaró estado de conflicto armado interno.
En el pabellón de mediana seguridad, líderes del grupo terrorista ‘Los Lobos’ se tomaron instalaciones que eran destinadas para agentes penitenciarios y policías para la vigilancia del penal, y lo convirtieron en su estancia personal, a tal punto de construir una discoteca.
Asimismo, adecuaban su espacio de manera exclusiva. Es decir donde tenían que estar cinco personas, solo pernoctaba una, obligando al resto de reos a acomodarse y sobrepoblar las celdas.
Adecuaban las celdas a su gusto
Los líderes de bandas criminales realizaron construcciones para reestructurar a su gusto el lugar, por lo que hicieron una suite personalizada, con comodidades, un jacuzzi y sillas tantricas. A diferencia de la celda normal que tenía cada ppl, ellos contaban con ciertos privilegios.
Por ejemplo, los baños que generalmente utilizan los reos son metálicos. Por su parte, los cabecillas se construían su propio sanitario, para no compartir con el resto de internos y tener más comodidad al hacer sus necesidad.