Aunque las fiestas de Navidad en el mundo occidental tienen una sola idea en común, el nacimiento del hijo de Dios en la tierra, lo cierto es que cada región del planeta tiene sus propias formas de celebrar este día importante para la cristiandad.
Desde cambiarle el nombre a Papa Noel hasta la presencia de su antítesis, el Krampus, hasta pasarla en la playa o lanzar zapatos, esta es una lista de las celebraciones más inauditas alrededor del mundo.
Krampus: El “Anti-Santa” que asusta en Europa
Mientras Santa Claus reparte regalos en diciembre, Krampus, un demonio mitológico, recorre las calles aterrorizando a los niños que no se comportan bien, una tradición que aún vive en muchos países europeos. (National Geographic)
En varios países de Europa, la figura de Santa Claus no es la única que se asocia con la Navidad. En Alemania, Austria, Bélgica y los Países Bajos, la figura de Krampus cobra protagonismo en las festividades.
Este ser mitológico, mitad demonio y mitad cabra, aparece en las calles para castigar a los niños traviesos. Durante la festividad de San Nicolás, que tiene lugar el 5 de diciembre, Krampus aterroriza a los menores con cadenas y ramas, mientras su contraparte, San Nicolás, recompensa a los bien portados con dulces.
La tradición se extiende incluso a desfiles, donde personas se visten como Krampus para continuar con la atmósfera espeluznante.
La Navidad en la playa: Una tradición australiana
Lejos del frío, los australianos celebran la Navidad a orillas del mar, con barbacoas, regalos y, claro, un Santa Claus que cambia su traje de invierno por un atuendo más apropiado para el calor. (Freepik)
En Australia, la Navidad no se celebra en pleno invierno, como en muchos otros países, sino en pleno verano. Esto ha dado lugar a una costumbre peculiar: los australianos disfrutan de esta festividad en la playa.
Lejos del frío tradicional de otros lugares, las familias australianas se reúnen para hacer barbacoas y disfrutar de pícnics frente al mar. Santa Claus, con su traje rojo, también adopta una versión veraniega y aparece en las costas montando una tabla de surf.
Las actividades acuáticas, las comidas al aire libre y la calidez del clima convierten a la Navidad en un evento refrescante y único en este país del hemisferio sur.
Telarañas y monedas: Navidad inusual en Ucrania y Eslovaquia
En Ucrania, los árboles de Navidad se engalanan con telarañas como símbolo de buena suerte, mientras que en Eslovaquia, la tradición dicta que quien encuentre una moneda en su plato tendrá fortuna. (Freepik)
En Ucrania, una de las decoraciones navideñas más inusuales es la telaraña artificial. Según la leyenda, una familia pobre encontró que las arañas tejían telarañas en su árbol de Navidad, lo que consideraron un augurio de buena suerte.
Desde entonces, las telarañas se han convertido en una tradición decorativa dentro de los hogares ucranianos.
Por otro lado, en Eslovaquia, la Nochebuena presenta una tradición culinaria particular: antes de disfrutar la sopa de pescado, llamada Kapustnica, se esconde una moneda en el plato. Aquel que la encuentre recibirá un año próspero y lleno de suerte.
El festival de los Farolillos en Filipinas
En Filipinas, la Navidad comienza con un espectáculo de luces únicas: los gigantescos farolillos, que iluminan las calles y llenan el aire con colores vibrantes, compiten por el título del mejor. (Nautalia)
Cada año, en el sábado previo a la Nochebuena, se lleva a cabo en Filipinas el Festival de los Farolillos Gigantes. Este evento, considerado uno de los más grandes de la región, reúne a miles de personas que compiten para ver cuál pueblo tiene el farolillo más impresionante.
Estos faroles, que pueden llegar a medir hasta seis metros de altura, son elaborados con materiales locales como bambú y papel, y son iluminados con luces que crean fascinantes patrones caleidoscópicos. Esta tradición es un verdadero despliegue de creatividad y luz, que da inicio a las celebraciones navideñas en el país.
La cabra de Gävle en Suecia
La Navidad en Gävle se distingue por la creación de una enorme cabra de paja que ocupa el centro de la ciudad, una tradición que provoca que los residentes intenten protegerla de los incendios. (Seppo Laine).
En Suecia, durante el mes de diciembre, una tradición bastante peculiar ocurre en la ciudad de Gävle, donde se erige una gigantesca cabra de paja. Este monumento de 13 metros de altura se coloca en la plaza principal de la ciudad y atrae a miles de visitantes cada año.
Sin embargo, la tradición tiene un giro inesperado: hay una especie de juego en torno a la cabra, ya que la meta es evitar que se queme antes del 31 de diciembre.
Aunque las autoridades han tomado medidas para protegerla, la cabra ha sido incendiada en varias ocasiones, creando un evento tan famoso como polémico.