El por qué es difícil de saberlo, pero hay una realidad que indica que existen algunos accidentes verdaderamente insólitos, como, por ejemplo, el vivido el pasado jueves 16 de febrero en una sala de arte en la ciudad de Miami, en los Estados Unidos, donde sin intención (así lo indicó los resultados de la primera investigación) una coleccionista tropezó una réplica del “Balloon Dog”, del reconocido escultor y pintor estadounidense, Jeff Koons, la cual se hizo pedazos.
Pérdida total
Como es acostumbrado en este tipo de casos, las costosas obras además de contar con un seguro que las resguarde en caso de rupturas, cuentan con ciertas características de seguridad y cuidados para evitar males mayores, sin embargo, en este caso fue todo imposible y la pieza valorada en 42.000 dólares fue destruida por completo con pérdida irremediablemente total.
El epicentro del accidente fue en la feria de arte contemporáneo Art Wynwood, lugar donde los testigos afirman que observaron a la coleccionista responsable de los hechos tocando la escultura de vidrio del Koons antes de que la misma se cayera al suelo y se destrozara por completo. El artista Stephen Gamson, uno de los presentes en el momento, declaró a Fox News: “vi a la mujer que estaba ahí, y ella estaba tocando (la escultura), y entonces la cosa se cayó y se hizo mil pedazos”.
Benedicte Caluch, asesor artístico de Bel-Air Fine Art, indicó al Miami Herald que la mujer involucrada no tenía intención de romper la pieza y que la aseguradora cubriría todos los daños causados. La distinguida obra de arte de color azul formaba parte de la famosa serie “Balloon Dog”, una réplica en miniatura de la popular escultura del perro globo de Jeff Koons de 3.5 metros de altura y hecha de acero inoxidable pulido, la cual se exhibe en la ciudad de Los Ángeles, California.