La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó ayer, sábado 30 de mayo del 2020, «alarma» por la propagación del nuevo coronavirus en los pueblos indígenas amazónicos de Ecuador, donde se registrarían más de 180 casos y una decena de muertes vinculadas.
«La CIDH expresa alarma por la propagación de covid-19 entre los pueblos indígenas amazónicos Kichwa, Waorani, Achuar, Shuar, Siekopai y Shiwiade», publicó el organismo en su cuenta de Twitter.
Agregó que «serían 181 casos confirmados, siete fallecimientos a causa del virus y 3 muertes sospechosas«. Hace dos semanas, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae) reclamó al Estado.
«El Estado ha prestado atención, pero no de una manera eficiente», mencionó Andrés Tapia, portavoz de la Confederación, en una rueda de prensa virtual, donde dijo que los recursos estatales para enfrentar la pandemia se han concentrado en zonas urbanas, dejando en el desamparo a pueblos indígenas.
La CIDH, un organismo autónomo que funciona en el marco de la Organización de Estados Americanos (OEA) con sede en Washington, también alertó al Estado ecuatoriano «sobre la especial vulnerabilidad de los pueblos indígenas».
Recordó «la necesidad de extremar medidas que garanticen su derecho a la salud desde enfoques de interculturalidad, género y solidaridad intergeneracional».
La Confeniae informó este sábado que «con corte al 27 de mayo son 185 casos confirmados: 100 Kichwa, 46 Waorani, 13 Achuar, 12 Shuar, 7 Siekopai y 7 Shiwiar«.Los fallecidos: «siete kichwas confirmados covid-19″ y «tres fallecidos con sintomatología».
Además mencionó dos pacientes en estado crítico: un Siekopai y un Shuar.
Los waorani están emparentados con los pueblos nómadas y en aislamiento voluntario taromenane y tagaeri, de los que se desconoce cuántos viven y las únicas huellas de su existencia son fotografías, lanzas y utensilios.
Ecuador es una de las naciones latinoamericanas más golpeadas por el coronavirus, con casi 38 500 casos, de los cuales son cerca de 3 330 muertos. Las autoridades además reportan unos 2 100 fallecidos probables por el virus. El balance oficial no disgrega la información, por lo que se desconoce la cifra de infectados entre los indígenas del país, que representan un 25% del total de la población (de 17,5 millones de habitantes).
La ONG Alianza por los Derechos Humanos del Ecuador ha alertado que la propagación del virus «podría ser catastrófica y altamente letal» en comunidades indígenas amazónicas. La Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), con representantes en nueve países sudamericanos, ha solicitado un aporte urgente de cinco millones de dólares como ayuda para evitar la extinción de su gente.
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