Zhong Nanshan, expresidente de la Asociación Médica China, destacó que una de las características inesperadas del nuevo patógeno (COVID-19) es su alta contagiosidad. Además, el neumólogo acotó que con la llegada del verano la situación epidémica podría mejorar.
Las declaraciones del descubridor del SARS en 2003 se refiere que este nuevo virus no soporta el calor, aunque no hay que confiarse de este factor. Es probable que su actividad disminuya con el aumento de la temperatura con la llegada del verano.
Respecto a la inmunidad de rebaño, Zhong aconseja que tampoco hay que albergar esa esperanza a corto plazo. Para alcanzar esta norma de inmunidad la tase debe ser entre un 60% y un 70%, explica el especialista. Actualmente en países de Europa rodean el 30%, más o menos.
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Agrega que «hay muchas maneras» de frenar la infección y evitar víctimas no necesarias. «Podemos prevenir y proteger. Ganaremos tiempo y elaboraremos vacunas», afirma el científico.
El famoso médico descartó que los fuertes vientos puedan facilitar la propagación de la infección. Indicó que en una tormenta es más probable que se diluya en el aire antes de que afecte a alguien.
Respecto a la picadura de los mosquitos, el médico añadió que tampoco existe evidencia de que el SARS-CoV-2 se contagie a través de estos insectos.
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