En la época republicana las fiestas de Quito, 6 de diciembre, no se celebraba como hoy ya se ha construido como una tradición. En los colegios de la capital se lo recordaba como una fecha cívica. La memoria de los quiteños se centra en los albores de 1960.
Esta idea, de celebrar a nuestra ‘Carita de Dios’ surgió de un grupo de periodistas. Entre los cuáles el promotor fue César Larrea, encabezado por el Alcalde Jaime del Castillo. A la iniciativa se unió la empresa licorera que producía el ‘Paico’. Las serenatas iniciaron en el lugar turístico e icónico de Quito, La Ronda.
En esta ocasión se contó con bandas y orquestas. La noche del 5 de diciembre se trasformó en un motivo de arreglos, festejos, bailes y música, en los que se involucraba a vecinos de distintos barrios.
‘Los Barreiros’, conformado por Jorge Salas Mancheno, Nelson Dueñas y Rodrigo Barreno, hicieron historia en la ciudad, por la cantidad de serenatas a la que acudieron.
Las fiestas de Quito se regaron y contagiaron a otros lugares de esta ciudad llena de misterio y tradiciones. La Plaza de San Francisco, La Catedral son hasta ahora lugares que convoca a los quiteños.
Conforme avanzaron los años, las fiestas se realizaban en cada barrio. Cada una de ellas adoptando juegos tradicionales, como el 40, sin dejar a un lado la elección de la Reina de Quito, la carrera de coches de madera y la feria taurina “Jesús del Gran Poder”.
A partir de estos momentos, propios y extraños de la ciudad, esperamos los eventos que se ofrecen. Entre las tradiciones que envuelven a la ciudad están los Desfiles de la Confraternidad. Él cual es un clásico que llena de música y color las calles de Quito. Los desfiles se desarrollan en norte y sur de la ciudad. La presentación de carros alegóricos, trajes coloridos y bastoneras se mantiene presentes hasta la fecha.
Los juegos tradicionales:
Las expresiones populares que se celebran en los diferentes barrios de Quito tiene la esencia de tradiciones, incluso a nivel nacional. Los coches de madera se llevan a cabo en el sector de El Tejar, San Juan y Las Casas, donde siguen acudiendo los chullas y chagras.
Uno de los juegos tradicionales y que es identificativo de los quiteños es el 40. Con normalidad es un juego en familia, pero llegado las fiestas de Quito se convierte en una competencia sana entre los distintos barrios de la ciudad. En este juego se puede apreciar los dichos y terminología que caracteriza a un chulla quiteño.
No podemos dejar a un lado el imperdonable en cada festejo a la ‘Carita de Dios’, el único Canelazo. Esta bebida es elaborada a base de caña y aguardiente de caña conocida como puntas. En muchos barrios es intacta la costumbre de ver a las señoras vendiendo esta bebida para contrarrestar el frío y animar las fiestas.