Este año va camino de convertirse en uno de los tres más calurosos de los que se tiene registro, similar a 2015 y sólo por debajo de 2016, según un estudio presentado hoy por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de la ONU.
La versión provisional de la «Declaración sobre el estado del clima mundial» destaca además los «numerosos episodios de efectos devastadores» de este año como huracanes e inundaciones, olas de calor y sequías, y alerta del repunte de los principales indicadores del calentamiento global a largo plazo, como las emisiones de gases contaminantes o la subida del nivel del mar.
«Como consecuencia del intenso episodio de El Niño, es probable que el año 2016 continúe siendo el más cálido del que se tenga registro, con 2017 y 2015 en segundo y/o tercer lugar, respectivamente. El período de 2013 a 2017 será el quinquenio más cálido jamás registrado», asegura el informe, publicado con motivo del arranque de la Cumbre del Clima en Bonn (oeste de Alemania).
De enero a septiembre de 2017 «se registró una temperatura media global de aproximadamente 1,1 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales», indicó en un comunicado la OMM, cuando los científicos coinciden en que una subida de más de dos grados tendría consecuencias catastróficas para el planeta.
«Los últimos tres años han estado entre los tres años más cálidos en cuanto a registros de temperaturas. Es parte de la tendencia al calentamiento a largo plazo», aseguró el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
Además, advirtió de que en este año se han registrado «fenómenos meteorológicos extraordinarios», como temperaturas por «encima de los 50 grados en Asia», «huracanes sin precedentes en el Caribe y el Atlántico que han llegado hasta Irlanda», «devastadoras inundaciones monzónicas que han afectado a muchos millones de personas», así como «una sequía implacable en África oriental».
Muchos de estos episodios, a su juicio, aportan «señales reveladoras del cambio climático» debido al «aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero resultantes de la actividad humana».
La mexicana Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) que acoge la cita de Bonn, aseguró que estos datos «ponen de relieve los crecientes riesgos para las personas, las economías y el propio tejido de la vida en la Tierra» del calentamiento global.
Por eso, instó a países e industrias a avanzar hacia un «nivel más alto de ambición» en el recorte de emisiones de gases contaminantes, con el objetivo de «reducir el riesgo del futuro» y «maximizar las oportunidades» del desarrollo sostenible.
El estudio destaca la intensidad de la temporada ciclónica en el Atlántico Norte y destaca por su violencia, su impacto y el corto intervalo de tiempo en el que se sucedieron los huracanes Harvey, Irma y María.
Además, señala que el huracán Ophelia, que azotó Irlanda, se registró mil kilómetros más al norte que ningún otro y sus vientos asociados contribuyeron a provocar incendios de gran magnitud en Portugal y España.
La OMM considera que, si bien no existen pruebas concluyentes de la influencia del cambio climático en los huracanes, es «probable» que el calentamiento global provoque que «las precipitaciones sean más intensas» y «que el actual aumento de nivel del mar acreciente los efectos de las mareas de tempestad».
El documento recoge asimismo las fuertes lluvias que provocaron deslizamientos en Suráfrica y Colombia, con más de 500 y al menos 273 muertos respectivamente, y las fuertes inundaciones que dejaron más de 1.200 víctimas mortales en India, Bangladesh y Nepal, y 75 en Perú.
Asimismo subraya que en zonas del sur de Europa, África oriental y la parte asiática de Rusia se sufrieron «temperaturas máximas sin precedentes», puntos donde también se han producido fuertes sequías.
Por último, el texto incide en las olas de calor que se han producido este año en Chile, Argentina, California y España, algunas de las cuales han creado las condiciones propicias para que se desatasen grandes incendios forestales. EFE