El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo que irá a las armas si se destruye la revolución bolivariana, para hacer lo que «no se pudo con los votos», poco antes de que un grupo atacara el Parlamento y un helicóptero policial sobrevolara el Supremo y lanzara dos granadas, según el mandatario.
Maduro pidió «al mundo» escuchar esta advertencia y enfatizó en que su Gobierno es «la única opción de paz» que tiene la nación caribeña.
La amenaza de Maduro fue catalogada por el jefe del Parlamento, el opositor Julio Borges, como una «aceptación» de que Venezuela vive una dictadura «violenta» y señaló que el presidente es «quien está buscando que Venezuela vaya al caos», además de buscar su «permanencia en el poder».
Por este discurso los opositores también responsabilizaron a Maduro de que grupos civiles armados atacaran la sede del Legislativo, luego de que se produjera un choque entre algunos diputados y miembros de la Guardia Nacional (GNB, policía militarizada) dentro de la institución.
Estos grupos lanzaron cohetes pirotécnicos y otro tipo de artefactos hacia el interior del Parlamento, según algunos vídeos publicados en las redes sociales.
Los parlamentarios y trabajadores permanecieron encerrados dentro del edificio unas cuatro horas hasta que estas personas se retiraron.
Posteriormente, un grupo a bordo de un helicóptero de la policía científica de Venezuela (CICPC), liderado por el inspector Oscar Pérez, sobrevoló la sede del Tribunal Supremo en Caracas con un mensaje por la «libertad» del país y luego el mismo agente pidió a través de un vídeo la renuncia de Maduro.
En la grabación, difundida en la cuenta en Instagram de Pérez, este lee un escrito y da la cara, acompañado de otros cuatro uniformados encapuchados, y pide a los venezolanos ir «a cada base militar» del país.
Asimismo, dijo que este martes se está realizando un «despliegue aéreo y terrestre» para «devolver el poder al pueblo democrático» y así «hacer cumplir las leyes para restablecer el orden constitucional».
El agente de la policía científica también fue fotografiado junto a los otros uniformados a bordo de la aeronave con una pequeña pancarta en la que se leía «350 libertad» en alusión al artículo de la Constitución que llama a desconocer «cualquier régimen» que contraríe las garantías democráticas.
Maduro aseguró que «esta persona lanzó unas granadas» y señaló que ya fueron desplegadas «fuerzas especiales» para dar con «el helicóptero y a los que han hecho este ataque terrorista» contra las instituciones del país.
El presidente culpó al partido opositor Primero Justicia (PJ) de tomar «un rumbo de violencia» y dijo que sus principales líderes «están al frente de todos los hechos violentos» que se han conocido.
El sobrevuelo y el ataque a la sede del Parlamento tienen lugar en el marco de una ola de protestas a favor y en contra del Gobierno que se inició el pasado 1 de abril, algunas de las cuales se han tornado violentas y han dejado 76 muertos y más de mil heridos, según la Fiscalía.
En el momento del asedio al Legislativo, los parlamentarios discutían un proyecto en rechazo al uso de armas de fuego y sustancias tóxicas para el control de estas protestas públicas y, además, para pedir a la Fiscalía que investigue estas actuaciones que «atentan contra los derechos humanos».
El acuerdo de proyecto presentado ante la plenaria exige «el cese inmediato» de estos mecanismos de contención por parte de los cuerpos de seguridad del Estado, pero no fue votado debido al ataque del grupo de civiles armados.
En esta jornada, además, las autoridades detuvieron a 216 personas por los saqueos a 68 comercios y por otros actos vandálicos ocurridos durante la noche del lunes en el céntrico estado Aragua, donde además falleció un militar tras recibir un disparo en la pierna durante la ola de saqueos.
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