Los 3.973 candidatos inscritos para los comicios generales del próximo domingo gastaron ayer suela y garganta, en la víspera del cierre de la campaña electoral, cuando tendrán la última oportunidad para seducir a los indecisos.
Las calles de casi todas las ciudades fueron abarrotadas por los postulantes que pugnan por el favor de los electores, quienes mantienen su mayor interés en los comicios presidenciales, en los que participan ocho postulantes.
La movida jornada también fue sacudida por la denuncia de la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, de un intento de atentado en su contra.
Rivadeneira, que se reincorporó a su despacho tras gozar de una licencia para participar en la campaña electoral, pues se presentó a la reelección a la Asamblea, dijo que recibió un sospechoso sobre sin remitente, que resultó ser un artefacto explosivo de mediano alcance y poder letal, según un informe preliminar de los artificieros de la Policía.
Por otra parte, Lenin Moreno, encabezó una multitudinaria concentración de simpatizantes en el sur de Quito, que se convirtió en un festival de música.
Desde la tarima, Moreno ofreció trabajar desde la Presidencia, si vence en los comicios, por profundizar la «revolución ciudadana» dirigida durante la última década por Rafael Correa, su correligionario y al que intenta suceder.
También el candidato opositor del movimiento CREO, Guillermo Lasso, finalizó sus actividades de campaña en Quito con un acto masivo en el que vaticinó que él pasará a una eventual segunda vuelta de las elecciones, en abril, pues dijo estar seguro que ninguno de los ocho postulantes obtendrá este domingo los votos suficientes para ganar la Presidencia en una primera ronda.
«Existen dos certezas: la primera que habrá segunda vuelta, la segunda, que estamos en ella. La única duda es quién llega primero, porque el pueblo ecuatoriano se está decidiendo por la opción del cambio», agregó el candidato centroderechista.
El sistema electoral ordena la celebración de una segunda ronda de votaciones si ninguno de los candidatos consigue mayoría absoluta o si el candidato más votado no logra al menos el 40 % de los sufragios con un margen de al menos 10 puntos porcentuales de ventaja respecto al segundo.
Por su parte, la socialcristiana Cynthia Viteri recorrió varios sectores de Santa Elena y Manabí, donde efectuó actos de cierre de su campaña en Portoviejo y Manta.
Viteri aseguró que Ecuador está cansado de «padres» y «padrastros» de la Patria y por ello la elegirá como presidenta, para demostrar cómo una mujer puede «administrar la escasez».
El populista Patricio Zuquilanda recorrió algunas calles del centro de Guayaquil y se reunió con transeúntes en un parque céntrico de esa ciudad.
«Mientras conversamos con la gente ratifico mi posición: primero, segundo y tercero los ecuatorianos», sostuvo Zuquilanda al asegurar que «nuevas oportunidades se abrirán después del 19 de febrero» si es elegido presidente.
El médico Iván Espinel también recorrió Manabí y en la localidad de Picoazá almorzó junto a su equipo de campaña y vecinos de la localidad.
Abdalá ‘Dalo’ Bucaram, del movimiento Fuerza Ecuador, mantuvo entrevistas con medios de Guayaquil y encabezó una nutrida caravana de automóviles en un populoso sector de esa urbe porteña, para luego ir a la Manabí.
El socialdemócrata Paco Moncayo cerró sus actividades proselitistas en Guayaquil, donde volvió a criticar al Gobierno del presidente Correa por su política en educación que, según dijo, ha dejado a miles de jóvenes fuera de las universidades.
El independiente Washington Pesántez visitó Riobamba, donde criticó al Gobierno de Correa y también al candidato Lasso, por ofrecer en campaña algunas propuestas que no podrá cumplir, según dijo.
El próximo domingo, unos 12,8 millones de ecuatorianos están facultados para ir a las urnas y elegir al nuevo presidente, a 137 legisladores y a cinco representantes al Parlamento Andino.