El cerebro humano es muy bueno reconociendo rostros y ahora, para sorpresa de los científicos, se ha descubierto que precisamente la parte del cerebro que se dedica a esa labor sigue creciendo incluso en la edad adulta, según un estudio que publica hoy la revista Science.
Hasta ahora se creía que el desarrollo del cerebro suponía una «poda sináptica», es decir la eliminación de sinápsis (conexiones entre neuronas) que no son funcionales o se usan poco, y no un crecimiento.
La capacidad de reconocer rostros es fundamental para las interacciones sociales de todos los días y mejora de la niñez a la edad adulta, función que depende del desarrollo de una región del cerebro llamada giro fusiforme.
Un equipo internacional de científicos, encabezados por Jesse Gómez de la estadounidense Universidad de Stanford, optaron por comprender mejor la actividad cerebral que subyace al reconocimiento facial.
En el estudio participaron 22 niños -de cinco a doce años- y 25 adultos -de 22 a 28 años-, de los que se tomaron imágenes por resonancia magnética cuantitativa (RMC) para comparar los tejidos cerebrales de los diferentes individuos.
El objetivo era comparar los resultados de pruebas de reconocimiento de rostros y lugares con datos obtenidos a partir de las RMC de las regiones del cerebro que se encargan de esas funciones, señala el estudio.
Los expertos descubrieron que la región del cerebro que ayuda a las personas a reconocer rostros aumenta de tamaño de forma relativa en los adultos, mientras que la zona que ayuda a reconocer lugares se mantiene igual, resultados que fueron confirmados con el análisis post mortem de cerebros adultos.
La expansión de esa región cerebral no se puede explicar únicamente por los cambios en la mielina -la sustancia blanca y grasa que rodea el axón de algunas neuronas- por lo que los autores proponen que puede ser causada por un aumento en otras partes de la neurona como el soma, las dendritas o las vainas de mielina. EFE