Nicolás Maduro estuvo mucho menos acompañado en su toma de posesión como presidente de Venezuela este jueves de lo que lo estuvo en 2013.
El presidente venezolano inauguró ante el Tribunal Supremo de su país su segundo mandato presidencial, pese a las denuncias de la oposición venezolana y las críticas de gran parte de la comunidad internacional.
Las autoridades de Estados Unidos, la Unión Europea y la mayoría de países latinoamericanos lo acusan de haber subvertido el proceso democrático en Venezuela y aseguran que las elecciones de 2018 no fueron libres ni justas.
Con el país sumido en una profunda crisis económica e institucional, Maduro se muestra decidido a seguir adelante y prevé permanecer en el poder al menos hasta 2025.