El próximo 7 de mayo, la Capilla Sixtina será testigo del inicio del cónclave donde los cardenales elegirán al sucesor del Papa Francisco, según confirmó el portavoz vaticano, Matteo Bruni. La primera votación tendrá lugar esa misma tarde, tras la misa “pro eligendo pontifice”.
Con más de 180 cardenales presentes en las congregaciones generales, de los cuales un centenar son electores, Roma se convierte en el epicentro de la atención mundial. Mientras la ciudad eterna recibe a los cardenales de todo el mundo, las reuniones y conversaciones se intensifican, trazando el camino hacia la elección del nuevo Pontífice.
Entre la solemne elección y la vida cotidiana
El arzobispo emérito Anselmo Guido Pecorari, amigo cercano de muchos cardenales y posibles candidatos, reveló -según una publicación de El Mundo- que estos días previos al cónclave están marcados por encuentros significativos. “Es mejor hablar en un restaurante que en Santa Marta”, afirma, refiriéndose a la residencia que acoge a los cardenales electores. La privacidad y la tranquilidad de estos encuentros permiten a los cardenales conocerse mejor y formar alianzas cruciales para la elección.
La residencia Santa Marta, donde vivió el Papa Francisco, se convierte en un hogar temporal para los cardenales. La asignación de habitaciones, realizada por sorteo, garantiza la equidad y evita conflictos. Sin embargo, Pecorari advierte sobre los “peligros” de un ambiente relajado, recordando anécdotas sobre gastos inesperados en el minibar.
Rituales litúrgicos y momentos de distensión
Las jornadas de los cardenales están llenas de rituales litúrgicos, como las misas en San Pedro y las congregaciones generales en el Aula Pablo VI. Sin embargo, también encuentran momentos de ocio para fortalecer sus relaciones. El cardenal español Santos Abril y Castelló, por ejemplo, es un apasionado del tenis y aprovecha para jugar partidos.
Después de las celebraciones, los cardenales buscan espacios para relajarse, como el Caffè dei Papi, o restaurantes como La Rustichella y Marcantonio. Pecorari aconseja a sus amigos evitar la vestimenta roja y el anillo cardinalicio para pasar desapercibidos y evitar precios inflados.
Escapadas y toque de queda
Las salidas son momentos de distensión, pero la residencia Santa Marta tiene reglas estrictas. Pecorari recuerda una cena con el cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria, donde tuvieron que apresurarse para llegar antes del toque de queda a las 22:30.
Este equilibrio entre la “política papable” y los rituales informales define la dinámica de los días previos al cónclave. Las conversaciones en estos espacios de relajación son cruciales para perfilar el futuro del Vaticano, en una de las elecciones más trascendentales de los últimos años.
