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El mundo le da el último adiós del Papa Francisco en Roma

Más de 150.000 personas acompañaron el cortejo fúnebre en su último viaje por la ciudad eterna.

Roma se tiñó de solemnidad este sábado 26 de abril, cuando miles de personas abarrotaron las calles para dar el último adiós al papa Francisco, quien recorrió seis kilómetros sobre el papamóvil hasta llegar a su tumba definitiva en la basílica de Santa María La Mayor.

El cortejo arrancó a las 12h30 locales (10h30 GMT), cuando el féretro del pontífice argentino salió de las murallas vaticanas por la Puerta del Perugino, tras abandonar la Casa Santa Marta, su residencia durante más de doce años de pontificado.

En su último recorrido, el papamóvil cruzó uno de los puentes monumentales del río Tíber, avanzó por la avenida Vittorio Emanuele hasta Largo Argentina —donde según la tradición fue asesinado Julio César—, y bordeó la iglesia del Gesù, templo insignia de los jesuitas, para luego llegar a la Plaza de Venecia. Desde allí, el cortejo siguió su camino solemne por los Foros Imperiales, flanqueado por vestigios de antiguos emperadores, hasta pasar junto al Coliseo, uno de los lugares más emblemáticos donde Francisco solía presidir el Vía Crucis del Viernes Santo.

La imagen del féretro al pie del Coliseo quedó inmortalizada entre aplausos, lágrimas y miles de teléfonos que quisieron capturar el histórico momento. De acuerdo con datos de la Santa Sede, unas 150.000 personas se reunieron para despedirlo en las calles, mientras que otras 250.000 participaron en el funeral solemne en la plaza de San Pedro, en presencia de delegaciones de unos 140 países y organizaciones.

Ya en Santa María La Mayor, un grupo de personas pobres e inmigrantes —a quienes Francisco dedicó gran parte de su ministerio— recibió su féretro en un acto cargado de simbolismo. El ataúd fue llevado en hombros por los sediarios pontificios, precedido por un crucifijo y acompañado por cánticos y coros solemnes.

Antes de su sepultura, el féretro fue llevado brevemente a la Capilla Paolina para presentarlo ante la imagen de la Virgen ‘Salus Populi Romani’, a quien el papa argentino veneraba profundamente. Luego, en una ceremonia privada, sus restos fueron depositados en el sepulcro que él mismo eligió en vida.

Así, bajo el cálido sol primaveral de Roma, el papa Francisco emprendió su último viaje entre el cariño del pueblo y el respeto de toda la humanidad.

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