La Casa Santa Marta, oficialmente conocida como Domus Sanctae Marthae, es una residencia ubicada en el corazón de la Ciudad del Vaticano. Este lugar fue elegido por el Papa Francisco como su hogar desde el inicio de su pontificado, rechazando el tradicional apartamento papal del Palacio Apostólico.
Tras ser elegido sumo pontífice en 2013, Jorge Mario Bergoglio visitó el apartamento papal en el tercer piso del palacio, pero decidió no habitarlo. Prefirió un estilo de vida más sencillo, instalándose en el apartamento 201 de la Casa Santa Marta, ubicado en el segundo piso. Este modesto espacio, compuesto por dos habitaciones y un baño, fue su residencia durante los doce años de pontificado.
La habitación donde murió el papa Francisco
Se trata de una habitación sencilla con un pequeño estudio amueblado con un escritorio de madera y un sillón. Muy cerca, se encuentra una sala donde el Papa solía recibir a personas cercanas, en un ambiente más íntimo y alejado del protocolo oficial.
La Casa Santa Marta dispone de 105 suites de dos habitaciones y 26 habitaciones individuales, y está administrada por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Además de ser la residencia temporal de cardenales durante el cónclave, en su historia ha servido como hospicio para religiosos y personas en situación de pobreza. Durante la Segunda Guerra Mundial, albergó a embajadores ante la Santa Sede cuyos países habían roto relaciones con el gobierno de Benito Mussolini.
En los años 90 fue restaurada, convirtiéndose también en un pequeño hotel con recepción y comedor de autoservicio. De hecho, era habitual ver al Papa Francisco compartiendo comidas con otros residentes o invitados en el comedor común.
En los últimos años, a pesar de su carácter discreto, la Casa Santa Marta se convirtió en el centro de las actividades más privadas del Papa. Allí recibía a amigos, invitados especiales y personajes con los que mantenía encuentros alejados de la formalidad institucional.