Con su fallecimiento, el papa Francisco rompe con una tradición papal de más de un siglo. A diferencia de sus predecesores recientes, no será enterrado en las grutas vaticanas, sino en la Basílica de Santa María la Mayor, una de las iglesias más antiguas y simbólicas de Roma.Pero, ¿por qué este lugar?
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Una basílica cargada de historia
Ubicada en el monte Esquilino, una de las siete colinas de Roma, Santa María la Mayor es la primera iglesia del mundo dedicada a la Virgen María. Su historia se remonta al siglo IV, cuando la Virgen se apareció en sueños al papa Liberio y al patricio Juan, indicando el lugar exacto donde debía ser construida.
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Es también conocida por conservar reliquias como la cuna del Niño Jesús y por su riqueza artística. Y además, obedece a un vínculo espiritual profundo que mantuvo durante toda su vida con este templo mariano.
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Francisco descansará junto a otros siete pontífices y santos
Francisco no será el primer papa enterrado allí. En esta basílica también descansan los restos de pontífices como Honorio III, Nicolás IV, San Pío V, Sixto V, Clemente VIII y Clemente IX.

Además, comparten este espacio santos como San Matías y San Jerónimo, así como el escultor Gian Lorenzo Bernini y Paulina Bonaparte, hermana de Napoleón. La elección del papa refuerza el legado espiritual y humano que deja a la Iglesia.