El pasado 8 de abril, la tragedia sacudió la escena musical dominicana cuando el techo de la discoteca Jet Set en Santo Domingo colapsó durante una presentación del reconocido merenguero Rubby Pérez, resultando en la muerte de más de 200 personas y dejando a otras tantas heridas. Entre los sobrevivientes se encuentra Raúl Castro, trompetista con 12 años en la orquesta de Pérez, quien compartió su experiencia de supervivencia.
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En declaraciones al Listín Diario, Castro describió el momento crítico: “Gracias a Dios, a su misericordia, una viga que cayó sobre mí, su grandeza la pudo frenar justo en mi cabeza y, a pesar de su peso y la velocidad que cayó, solo me provocó una pequeña herida”.
El músico atribuye su supervivencia a un acto divino, considerando que la estructura pudo haberle causado lesiones fatales.
El colapso ocurrió alrededor de la 1:00 a.m., mientras Rubby Pérez y su orquesta ofrecían su habitual presentación de los lunes. La discoteca Jet Set, un ícono de la vida nocturna dominicana desde 1973, estaba repleta de asistentes cuando el techo cedió inesperadamente. Entre las víctimas se encontraba el propio Pérez, quien, según relatos, fue encontrado cantando bajo los escombros antes de sucumbir a sus heridas.
La magnitud del desastre ha generado una profunda reflexión sobre la seguridad en los espacios de entretenimiento en la República Dominicana. Las autoridades han iniciado investigaciones para determinar las causas del colapso y prevenir futuras tragedias.
Raúl Castro, aún conmovido por la experiencia, expresó su gratitud por haber sobrevivido y lamentó la pérdida de su compañero y mentor, Rubby Pérez. “Fue el peor momento de mi vida”, confesó el trompetista, quien ahora enfrenta el desafío de continuar su carrera tras la pérdida de su líder y amigo.
La comunidad artística y el público en general han rendido homenajes a las víctimas, recordando la contribución de Rubby Pérez al merengue y la cultura dominicana. Mientras tanto, sobrevivientes como Raúl Castro se convierten en testigos vivientes de una noche que marcó un antes y un después en la historia musical del país.
