El robo ocurrió la noche del viernes 28 de febrero de 2025 en los alrededores de la Universidad Central del Ecuador, ubicada en el norte de Quito. La víctima, identificada como Gabriela (nombre protegido), y su hermana fueron interceptadas por dos delincuentes cuando intentaban conseguir transporte.
Asalto ocurrió mientras buscaban un taxi en Quito
Gabriela relató que llegaron en taxi hasta la estación del Metro de Quito con la intención de dirigirse a la Terminal Quitumbe, pero encontraron las instalaciones cerradas.
“No había patrulleros ni policías, todo estaba absolutamente cerrado y llovía. Entonces intenté tomar un taxi para llegar a nuestro destino”, contó en entrevista con Metro Ecuador.
En ese momento, un taxi amarillo se detuvo junto a ellas. Del vehículo bajaron dos jóvenes, uno de aproximadamente 14 años y otro de unos 18.
“Uno de ellos se acercó con un cuchillo y nos exigió entregar nuestros teléfonos y objetos de valor. Yo, en estado de shock, no reaccioné de inmediato, aunque tenía el teléfono en la mano. En lugar de arrebatármelo, me apuntó con el cuchillo y me clavó la punta en la espalda. Luego apareció el otro joven y me arrastró al ver que no obedecía. Finalmente, cortaron la tira de mi bolso y se lo llevaron”, relató la afectada.
Su hermana intentó intervenir, pero los asaltantes notaron que tenía un celular en el bolsillo y también se lo robaron. Moradores del sector llamaron a la Policía, pero según Gabriela, aunque una patrulla pasó por la zona, no se detuvo.
¿Por qué no denunció el robo?
La víctima explicó que no presentó una denuncia formal porque considera que el proceso no es efectivo.
“No me da mucha esperanza. Cuando los delincuentes huyeron, conseguimos un taxi. Justo en ese momento se acercó un policía y nos dijo que había perseguido el vehículo, pero que no logró alcanzarlo porque en la zona del colegio Mejía se fue en contravía”, detalló.
Cuando preguntó si podía recuperar sus pertenencias, el uniformado le indicó: “Si rastrean el teléfono en 24 horas y llevan un patrullero a la ubicación detectada, puede haber una posibilidad, o pueden presentar una denuncia”.
A pesar de la recomendación, Gabriela optó por no acudir a la justicia. “Eso nunca procede. No vale la pena perder el tiempo en una denuncia para que personas que no les interesa lo que pasó no hagan nada al respecto”, expresó.
El caso de Gabriela refleja la preocupación de muchos ciudadanos ante la inseguridad en Quito. En los últimos meses, varios sectores han reportado incidentes similares, lo que ha generado alertas sobre la falta de patrullaje y presencia policial en zonas concurridas.