Un vuelo que cubría la ruta Madrid-Caracas se vio envuelto en un incidente el 1 de marzo, cuando un pasajero, mostrando signos de “aparente alteración mental”, intentó abrir una de las puertas de la cabina, generando momentos de incertidumbre entre los demás pasajeros y la tripulación.
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Según la aerolínea, el pasajero fue rápidamente controlado por el personal de vuelo, quienes lo aseguraron en la parte trasera del avión hasta su aterrizaje en Caracas. Allí, fue entregado a las autoridades locales.
El incidente dejó a un tripulante de cabina con una fractura parcial de peroné, resultado del forcejeo durante la contención del pasajero.
Previo al intento de abrir la puerta, el mismo pasajero había protagonizado otro altercado, mostrando inquietud y agrediendo verbalmente a otro pasajero. La tripulación lo reubicó para evitar mayores molestias.
La aerolínea aseguró que, a pesar de la tensión vivida, la seguridad del vuelo y de los pasajeros nunca estuvo comprometida. El pasajero fue vigilado de cerca por dos miembros de la tripulación durante el resto del vuelo para prevenir nuevos incidentes.
Este suceso resalta la importancia de la seguridad en los vuelos y la capacidad de las tripulaciones para manejar situaciones de emergencia.
