En el año 2492, la humanidad ha trascendido los límites de su origen terrestre. Con la próxima alineación de siete planetas en el Sistema Solar, un evento astronómico que no ocurría desde hace siglos, los descendientes de la civilización terrícola no solo habitan múltiples mundos, sino que han redefinido su propia existencia a través de la tecnología, la medicina y los viajes interestelares.
Una civilización multiplanetaria
Para el siglo XXV, la Tierra ya no es el único hogar de la humanidad. Colonias autosustentables en Marte, la Luna, Titán y estaciones espaciales en órbita alrededor de Júpiter y Saturno han transformado la especie en una civilización multiplanetaria.
Salud e inmortalidad digital
La biotecnología ha erradicado casi todas las enfermedades conocidas y ha llevado la longevidad humana a niveles impensables.
La nanotecnología médica repara células en tiempo real, permitiendo una salud casi perfecta. Sin embargo, el mayor avance ha sido la “descarga de conciencia”: los humanos pueden transferir su mente a cuerpos sintéticos o entornos digitales, alcanzando una forma de inmortalidad digital.
Tecnología y la IA como eje de la sociedad
La inteligencia artificial general ha dejado de ser una herramienta para convertirse en una entidad colaborativa con la humanidad. Muchas decisiones políticas, económicas y científicas se toman en conjunto con IA avanzadas que operan a nivel cuántico.
La automatización total ha eliminado la necesidad de trabajos manuales, permitiendo a los humanos enfocarse en la exploración, el arte y la expansión del conocimiento.
La gran alineación de 2492
Este año marca un evento astronómico único: la alineación de siete planetas del Sistema Solar. Si bien en la antigüedad estos eventos eran interpretados con significados místicos, en la era de la exploración interplanetaria, la alineación es vista como una oportunidad para estudios gravitacionales y experimentos en física cuántica a gran escala.
