El Papa Francisco aprobó este 25 de febrero el decreto que autoriza la canonización de José Gregorio Hernández Cisneros, quien será reconocido como el primer santo de Venezuela. La noticia fue confirmada por el Vaticano, que señaló que la aprobación se produjo mientras el Pontífice se encuentra hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma debido a una neumonía bilateral.
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El decreto fue firmado por el Papa Francisco durante una visita del secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, y el sustituto de la Secretaría de Estado, el venezolano Edgar Peña Parra.
“Médico de los pobres”
José Gregorio Hernández, conocido como el “Médico de los pobres”, fue un destacado galeno que combinó sus profundos conocimientos científicos con una sólida vocación religiosa. Nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, un pequeño pueblo del estado de Trujillo, y dedicó su vida a atender a los más necesitados. Su muerte prematura, ocurrida en 1919, dejó una huella imborrable en el pueblo venezolano, que lo veneraba y lo llamaba “santo” desde mucho antes de su beatificación.
El 30 de abril de 2021, Hernández fue beatificado en una emotiva ceremonia en Caracas, aunque limitada por las restricciones de la pandemia. Durante esa ceremonia, el Papa Francisco destacó la figura de este médico excepcional, afirmando que “era un médico lleno de ciencia y de fe, que supo reconocer en los enfermos el rostro de Cristo y, como buen samaritano, los socorrió con caridad evangélica”.
El milagro que condujo a su beatificación
La beatificación de José Gregorio Hernández fue posible gracias al reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión. En 2017, la niña Yaxury Solórzano Ortega, de 10 años, fue víctima de un disparo en la cabeza durante un asalto en el estado de Guárico. Los médicos que la atendieron la desahuciaron, pero su madre rezó a José Gregorio para su curación. Sorprendentemente, la niña sobrevivió, lo que fue considerado un milagro por la Iglesia y avalado por el Papa Francisco.
Devoción
A lo largo de su vida, José Gregorio Hernández fue conocido por su generosidad y su entrega a los más desfavorecidos. A pesar de su muerte trágica en un accidente de tránsito en Caracas en 1919, su legado perdura en Venezuela, donde miles de personas continúan venerándolo. Su funeral fue una manifestación masiva de cariño popular, con el pueblo cargando su féretro en brazos y cubriendo las calles con flores en su honor.
Ahora, con su canonización aprobada, José Gregorio Hernández se convertirá en un referente no solo para Venezuela, sino para todo el mundo, como ejemplo de servicio, fe y compasión hacia los demás.
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Con datos de EFE