La masacre en Ciudad Celeste, ocurrida el 15 de febrero de 2025, dejó cuatro muertos, entre ellos José Luis Cantuña Quilumba, un expolicía con un amplio pasado delictivo. Hace poco se viralizó en redes sociales el momento en que los sujetos llegan a la urbanización y abren fuego.
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En el video se puede ver que los sujetos totalmente disfrazados de militares sacan arrastrando a un hombre a la entrada del lugar, para que luego ingresen dos vehículos (negro y rojo) de alta gama y una moto a la urbanización de Samborondón, mientras lo sujetan y lo amedrentan con sus fusiles.
Luego llega una tercera camioneta y los delincuentes le disparan a quemarropa a la víctima y la dejan tirada en la calzada del conjunto habitacional.
José Luis Cantuña asesinado un día después de asistir a juicio:
José Luis Cantuña de 40 años comenzó su vida delictiva en 2013, cuando era suboficial de la Policía en Quito. En ese tiempo fue acusado de extorsión a un camionero y en 2016, fue condenado por enriquecimiento ilícito.
El expolicía fue asesinado apenas un día después de acudir a una audiencia judicial por tráfico ilícito de armas de fuego, en un proceso donde también estaban involucradas 14 personas. Esto porque fue capturado en una narcofiesta en Vía a la Costa en 2024.
El ataque en Ciudad Celeste: fusiles de asalto y una ejecución planeada
La tarde del sábado 15 de febrero, comandos armados, vestidos como militares, irrumpieron en una urbanización privada de Samborondón, atacando con fusiles de asalto.
Entre las víctimas estaban: José Luis Cantuña (expolicía con antecedentes). Marlon Daniel Mosquera Franco y Aaron Adrián Vélez Segura (ambos ecuatorianos con historial delictivo). Alain Muñoz Tian, un ciudadano ghanés vinculado al narcotráfico.
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Un quinto ocupante logró escapar herido.
¿Qué planeaban las víctimas de la masacre en Samborondón?
Según la investigación policial, la vivienda donde se ejecutó la masacre había sido rentada hace dos meses y usada ocasionalmente, un patrón típico de bandas criminales.
Planificaban un envío de droga a Estados Unidos, según una pizarra hallada en el lugar.
Se investiga si la ejecución fue una retaliación por un cargamento de cocaína adulterado con cal decomisado en enero.
Las víctimas estarían vinculadas a Mafia-18, organización criminal con presencia en Ecuador.
