El ingeniero civil quiteño Julio Guillermo Vaca Cachimuela, de 32 años, nunca imaginó que su última comunicación sería con su madre, a quien le diría un simple “Mamita, nos vemos más tarde”. Ese viernes 31 de enero de 2025, Julio salió rumbo a su trabajo, como lo hacía habitualmente. A las 17:18, se comunicó con su madre desde el sur de Quito para informarle sobre su ubicación. En ese momento, todo parecía normal.
PUBLICIDAD
Para su madre, esa llamada fue la última vez que escuchó su voz. A pesar de la tranquilidad con la que le habló, el destino tenía otros planes. Desde ese instante, su familia no volvió a saber nada de él, hasta que el martes 4 de febrero, su cuerpo fue hallado sin vida en Patricia Pilar, Quevedo, provincia de Los Ríos.
La Policía Nacional investiga las circunstancias que rodean su muerte, que se presume fue el resultado de un robo. La última llamada de Julio, aparentemente despreocupada, quedó como una triste despedida, sin saber que ese sería su último contacto con su familia.
Mientras las autoridades continúan recabando pistas y analizando las pruebas para esclarecer los hechos, la familia de Julio se encuentra consternada y viajando hasta Quevedo para realizar el reconocimiento de su cuerpo.