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El Pentágono envía 1.500 soldados en servicio para asegurar la frontera entre EEUU y México

Trump refuerza la frontera con órdenes ejecutivas para combatir la inmigración ilegal.

El Pentágono envía 1.500 soldados en servicio para asegurar la frontera entre EEUU y México
La barrera en la frontera entre Estados Unidos y México, cerca de San Diego, el 22 de enero del 2025. . (AP foto/Gregory Bull) (Gregory Bull/AP)

El Pentágono anunció el miércoles que ha comenzado a desplegar 1.500 soldados en servicio para ayudar a asegurar la frontera sur de Estados Unidos, poniendo en marcha los planes que el presidente Donald Trump estableció en órdenes ejecutivas poco después de asumir el cargo para hacer frente a la inmigración.

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El secretario de Defensa interino, Robert Salesses, dijo que los soldados utilizarán helicópteros para asistir a los agentes de la Patrulla Fronteriza y ayudar en la construcción de barreras. El Pentágono también proporcionará aviones militares para los vuelos de deportación del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) para más de 5.000 migrantes detenidos.

El número de soldados y su misión podrían cambiar pronto, señaló Salesses en un comunicado. “Esto es sólo el comienzo”, afirmó.

“En breve, el departamento desarrollará y ejecutará misiones adicionales en cooperación con el DHS, agencias federales y socios estatales para abordar la gama completa de amenazas delineadas por el presidente en nuestras fronteras nacionales”, explicó Salesses.

Funcionarios de defensa agregaron que el departamento está preparado para proporcionar muchos más soldados si se les solicita, incluyendo hasta 2.000 marines adicionales.

Los funcionarios dijeron que actualmente no hay planes para que los soldados realicen funciones relacionadas con el orden público, lo que los pondría en un papel sumamente diferente por primera vez en décadas. Cualquier decisión al respecto sería tomada por la Casa Blanca, añadieron.

Las fuerzas en activo se unirán a los aproximadamente 2.500 elementos de la Guardia Nacional y la Reserva de Estados Unidos que ya están allí. Hasta este despliegue, no había soldados en activo trabajando a lo largo de la frontera de aproximadamente 3.218 kilómetros (2.000 millas).

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Un par de cientos de soldados comenzaron a moverse hacia la frontera el miércoles temprano, según un oficial militar de alto rango. El oficial militar y un funcionario de defensa informaron a los periodistas bajo condición de anonimato para proporcionar detalles adicionales sobre el despliegue. Los elementos enviados a la frontera incluirán 500 marines de Camp Pendleton en California, y el resto serán del Ejército.

Las fuerzas estadounidenses que se utilizan para los vuelos de deportación son distintas de las 1.500 desplegadas para la misión fronteriza. Esos vuelos involucrarán cuatro aviones de la Fuerza Aérea con base en San Diego y El Paso, junto con tripulaciones y personal de mantenimiento.

Los soldados han realizado funciones similares en apoyo a los agentes de la Patrulla Fronteriza en el pasado, cuando tanto Trump como el expresidente Joe Biden enviaron elementos en servicio a la frontera.

Los soldados tienen prohibido realizar funciones relacionadas con el orden público en virtud de la Ley Posse Comitatus, pero eso podría cambiar. Trump ha instruido mediante una orden ejecutiva que el próximo secretario de Defensa y el secretario de Seguridad Nacional entrante informen dentro de 90 días si creen que una ley de 1807 llamada Ley de Insurrección debería ser invocada. Eso permitiría que esos soldados participen en labores relacionadas al orden público en suelo estadounidense.

La última vez que se invocó la ley fue en 1992 durante los disturbios en Los Ángeles en protesta por la absolución de cuatro policías acusados de golpear a Rodney King.

El despliegue de los soldados ampliamente esperado, que ocurrió en la primera semana de Trump en el cargo, fue un paso temprano en su plan anunciado desde hace tiempo para expandir el uso del ejército a lo largo de la frontera. En una de sus primeras órdenes el lunes, Trump instruyó al secretario de Defensa elaborar un plan para “sellar las fronteras” y repeler la “migración masiva ilegal”.

“Esto es algo por lo que el presidente Trump hizo campaña”, señaló Karoline Leavitt, secretaria de Prensa de la Casa Blanca. “El pueblo estadounidense ha estado esperando un momento como este, para que nuestro Departamento de Defensa implemente realmente la seguridad nacional de manera seria. Esta es una prioridad número uno para el pueblo estadounidense”.

El martes, luego de que Trump despidió al comandante de la Guardia Costera, la almirante Linda Fagan, el servicio anunció que estaba enviando más buques cortadores, aeronaves y personal al “Golfo de Estados Unidos”, un guiño a la directiva del presidente de renombrar el Golfo de México.

Trump dijo durante su discurso de investidura del lunes que “declararé una emergencia nacional en nuestra frontera sur. Toda entrada ilegal será detenida inmediatamente, y comenzaremos el proceso de devolver millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de los que vinieron”.

El personal militar ha sido enviado a la frontera casi continuamente desde la década de 1990 para ayudar a abordar la migración, el tráfico de drogas y el crimen transnacional.

En órdenes ejecutivas firmadas el lunes, Trump sugirió que el ejército ayudaría al Departamento de Seguridad Nacional con “espacio de detención, transporte (incluyendo aviones) y otros servicios logísticos”.

Hay aproximadamente 20.000 agentes de la Patrulla Fronteriza, y aunque la mayoría están ubicados en la frontera sur, también son responsables de proteger la frontera norte con Canadá. Generalmente, los agentes tienen la tarea de buscar a traficantes de drogas o personas que intentan ingresar al país sin ser detectadas.

Más recientemente, sin embargo, han tenido que lidiar con migrantes que buscan activamente a la Patrulla Fronteriza para obtener asilo en Estados Unidos, lo que sobrecarga al personal de la agencia.

En su primer mandato, Trump ordenó que los soldados en servicio fueran enviados a la frontera en respuesta a una caravana de migrantes que avanzaba lentamente a través de México hacia Estados Unidos en 2018. Más de 7.000 soldados fueron desplegados en Texas, Arizona y California, incluyendo agentes de la policía militar, un batallón de helicópteros de asalto, diversas unidades de comunicaciones, médicas y de cuarteles generales, ingenieros de combate, planificadores y unidades de asuntos públicos.

En ese momento, el Pentágono insistió en que los soldados en servicio no realizarían funciones de impartición de la ley. Por lo tanto, pasaron gran parte de su tiempo transportando a agentes de la Patrulla Fronteriza hacia y a lo largo de la frontera, ayudándoles a erigir barreras adicionales para vehículos y cercas a lo largo de la frontera, asistiéndoles con comunicaciones y proporcionando cierta seguridad para los campamentos de agentes fronterizos.

El ejército también proporcionó a los agentes de la Patrulla Fronteriza atención médica, comidas empaquetadas y alojamiento temporal.

De momento, no está claro si el gobierno de Trump ordenará al ejército usar bases para albergar a migrantes detenidos. Los funcionarios de defensa dijeron que tal solicitud aún no se ha hecho.

Las bases anteriormente han sido utilizadas para ese propósito, y después de la caída de Kabul ante el Talibán en 2021, se utilizaron para albergar a miles de evacuados afganos. Las instalaciones tuvieron problemas para hacer frente a la afluencia.

En 2018, el entonces secretario de Defensa Jim Mattis ordenó a la Base de la Fuerza Aérea Goodfellow en San Angelo, Texas, que se preparara para albergar hasta 20.000 niños migrantes que viajaron sin compañía de un adulto, pero el espacio adicional finalmente no fue necesario y se determinó que Goodfellow no tenía la infraestructura necesaria para soportar la afluencia.

En marzo de 2021, el gobierno de Biden autorizó el uso de un inmueble en Fort Bliss, Texas, para un centro de detención que proporcionaría camas para hasta 10.000 niños migrantes no acompañados a medida que aumentaban los cruces fronterizos desde México.

La instalación, operada por el DHS, se vio rápidamente desbordada, debido a que tenía muy pocos gestores de casos para los miles de niños que llegaron, y estaba expuesta a condiciones climáticas extremas y polvo, y a condiciones insalubres, según un informe del inspector general de 2022.

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