El 20 de enero de 2025, Melania Trump dejó una marca en la ceremonia de investidura de su esposo, Donald Trump, con un look que acaparó la atención. Incluso fue parte de uno de los momentos virales de la ceremonia porque su sombrero no dejó que el nuevo Presidente de EEUU le diera un beso a su esposa. Un beso no beso, lo han catalogado en redes sociales.
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El look de Melania Trump
El asesor de imagen Patricio Nieto analizó su atuendo y destacó varios elementos clave que transmitieron una sensación de seriedad y sobriedad.
Melania eligió un vestido abrigo abotonado de un azul oscuro, complementado con una camisa blanca donde solo se percibían partes del cuello. Según Nieto, este conjunto refleja un estilo sobrio, con una elección de colores y patrones que no buscan llamar la atención, sino transmitir una sensación de control y seriedad. “Impactó con un estilo caracterizado por una notable sobriedad”, comentó Nieto.
El atuendo se completó con guantes de cuero negro y un sombrero de ala ancha con un ribete blanco que hacía juego con el traje de Donald Trump. Nieto señaló que el sombrero, al cubrir casi la mitad del rostro de Melania, dificultaba ver sus expresiones faciales. “Esto refleja un cierto grado de desconfianza y de incertidumbre”, añadió el experto.
El color azul oscuro, elegido tanto por Melania como por Trump, fue otro aspecto que Nieto destacó. A pesar del intento de hacer un “match” entre ambos, el asesor de imagen considera que esta elección de colores evoca una sensación de frialdad y aislamiento. “Es un look que, a mi parecer, puede reflejar una sensación de distancia y seriedad”, afirmó Nieto.
En comparación con la investidura de 2017, cuando Melania optó por un vestido azul pastel de Ralph Lauren, Nieto considera que su elección de este año es menos cálida y cercana. El look de 2017 evocaba elegancia y una mayor cercanía, mientras que el atuendo de 2025 parece más contenido y distante. “Creo que el look de 2025 refleja más frialdad y menos cercanía”, concluyó Nieto.
Este análisis subraya cómo Melania Trump utilizó su atuendo para enviar un mensaje claro en su primera aparición oficial como primera dama en la investidura de Donald Trump. Su estilo en esta ocasión fue calculado y preciso, transmitiendo un aire de sofisticación y seriedad que ha generado tanto admiración como debate.