El 6 de enero se celebra el Día de los Reyes Magos, una festividad de profunda tradición en diversos países, especialmente en aquellos de habla hispana. Esta fecha, también conocida como Epifanía, conmemora la manifestación de Jesús al mundo no judío, representado por los magos de Oriente que, según el Evangelio de Mateo, llegaron a Belén guiados por una estrella para adorar al recién nacido y ofrecerle regalos simbólicos: oro, incienso y mirra.
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Aunque la Biblia no especifica el número ni los nombres de estos visitantes, la tradición les ha asignado tres identidades: Melchor, Gaspar y Baltasar, simbolizando Europa, Asia y África respectivamente. Esta representación destaca la universalidad del mensaje cristiano, indicando que Jesús vino para todos los pueblos, sin distinción.
La elección del 6 de enero para esta celebración tiene raíces en la Iglesia primitiva, que estableció esta fecha para conmemorar la Epifanía, término que significa “manifestación” o “revelación”. En este contexto, se refiere a la revelación de Jesús como el Mesías no solo para los judíos, sino también para los gentiles, representados por los magos.
A lo largo de los siglos, esta festividad ha incorporado diversas tradiciones culturales. En muchos países, es costumbre que los niños reciban regalos en esta fecha, emulando los obsequios que los Reyes Magos llevaron al Niño Jesús. Además, se realizan desfiles conocidos como cabalgatas, donde los Reyes Magos desfilan por las calles repartiendo dulces y presentes.
Otra tradición destacada es la del Roscón de Reyes, un pan dulce en forma de corona decorado con frutas confitadas, que simboliza las joyas de una corona. En su interior suele esconderse una figura del Niño Jesús, y quien la encuentra asume el compromiso dar la rosca el siguiente año.
En resumen, el 6 de enero es una fecha que combina elementos religiosos y culturales, celebrando la universalidad del mensaje cristiano y manteniendo vivas tradiciones que fomentan la unión y la identidad comunitaria.
