Parecía un día normal en la concurrida avenida Elodoro Solórzano del cantón La Libertad en Santa Elena, hasta que pasó lo impensable: una avioneta cayó a tierra en medio de la vía y los tripulantes fallecieron. Dentro de la aeronave, viajaba la primera mujer que voló un avión supersónico dentro de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE).
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Se trata de la reconocida capitán-piloto de Aviación, Diana Ruiz Solís de 32 años. La noticia ha conmovido al país, que hoy despide a una mujer que rompió barreras y marcó la historia de la aviación militar ecuatoriana.
El trágico accidente ocurrió durante un vuelo de instrucción en la aeronave ligera DA 20C1- FAE 1064, donde Ruiz Solís cumplía con su labor de entrenadora y piloto ejemplar junto al cadete Juan Andrés Pacheco. Aún no se conocen las causas del fatal desenlace, sin embargo, se presume que se trataría de una falla mecánica. Las autoridades de la FAE han iniciado una investigación para esclarecer los detalles del incidente.
La “Dama del aire”, como la ha nombrado la FAE, era conocida en la Escuela Superior Militar de Aviación Cosme Renella (ESMA), por ser parte de las primeras promociones de mujeres de esa escuela. Ella se graduó como parte de la tercera promoción de oficiales de arma y técnicos de mujeres de la ESMA.
Con solo 22 años, Ruiz, oriunda de Píllaro, voló el Cheetah, un avión supersónico de combate de la FAE. Orgullosamente, fue ella quien rompió la barrera del sonido en los cielos de nuestro país.
Dicho vuelo del pasado 13 de marzo del 2014, a 30 mil pies de altura sobre la Base Aérea de Taura, no solo destacó la destreza y valentía de Diana, sino también su compromiso por abrir caminos para las nuevas generaciones de mujeres en la institución.
Su hazaña representa un hito en la historia militar y un poderoso mensaje de igualdad y perseverancia.
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En una ceremonia realizada en la Base Aérea de Taura, la capitán expresó su orgullo y emoción. “Este vuelo no solo es mío, sino de todas las mujeres que sueñan con romper barreras. Es un honor representar a Ecuador y demostrar que con esfuerzo no hay límites”, manifestó.
Más allá de su impecable carrera militar, quienes conocieron a la capitán destacan su humildad, determinación y pasión por servir a la patria. “Mi mensaje para los cadetes es que siempre persigan sus sueños y luchen por los mismos, el servicio a la patria es un verdadero honor y hoy en día la patria nos necesita, necesita gente comprometida, responsable y llena de valores, que permitan sacar a nuestro país delante”, se puede leer en la página web de la escuela donde dejó un mensaje a los nuevos cadetes.
Diana Ruiz Solís tenía su meta de seguir “contribuyendo con el engrandecimiento de la Fuerza Aérea”, mostrando a diario un compromiso determinado; sobre todo de seguir cumpliendo su sueño. En una entrevista pasada a Vistazo, recalcó que su más grande aspiración era “llegar lo más alto que se pueda, volar los aviones que la FAE me disponga y ser una buena piloto”.
La noticia de su fallecimiento ha generado innumerables reacciones en redes sociales, donde sus colegas, amigos y ciudadanos expresaron su profundo pesar. “Perdemos a una pionera y a una gran mujer que dio todo por su país. Descansa en paz, capitán Ruiz”, escribió la FAE en un comunicado.
Diana deja una huella imborrable en la tierra tricolor y en el corazón de quienes admiraron su coraje. Ecuador hoy llora a una heroína que siempre voló alto, incluso en el recuerdo.