Los rumores sobre posibles retrasos y cancelaciones han crecido como la espuma en las últimas semanas, generando una gran incertidumbre en la comunidad científica y espacial aunado al silencio por parte de la NASA sobre actualizaciones de esta misión. Todo acrecentado por Eric Berger, periodista especializado en el sector aeroespacial.
Un problema detrás de otro para así, retrasar el regreso a la luna
Uno de los principales problemas es el cohete SLS (Space Launch System), pieza elemental en la misión Artemis. Esto se relaciona con el reporte de Berger al ser él quien sugirió que existe un 50% de probabilidad de que el programa sea cancelado por completo. Además argumenta que, aunque la NASA aún no ha tomado una decisión definitiva, los elevados costos y los constantes retrasos han puesto en duda la viabilidad de este desarrollo.
Este programa ha sido objeto de críticas por su gestión financiera. A pesar de que solo se ha realizado un vuelo de prueba sin tripulación, el costo aproximado por ese primer lanzamiento se registra en alrededor de 4.100 millones de dólares. Además, el desarrollo del cohete ha superado ampliamente las estimaciones iniciales, con un costo acumulado que podría alcanzar los 93.000 millones de dólares para 2025.
Uno de los ejemplos más claros en los que queda desentrañada la mala gestión del programa es el caso de los motores RS-25. Estos motores, desarrollados originalmente para el transbordador espacial, han sido reutilizados para el SLS, pero a un costo significativamente mayor. La NASA ya había financiado el desarrollo de 46 motores RS-25 en la década de 1970, sin embargo, ha tenido que desembolsar una suma aún mayor por cada motor utilizado que se necesite.
La utilización de cohetes comerciales como el Falcon Heavy de SpaceX o el Vulcan de ULA, junto con la cápsula Orion, se presenta como una opción viable y atractiva. Estos lanzadores, desarrollados por el sector privado, ofrecen mayor flexibilidad y menores costos operativos.
En los próximos meses, se espera que la NASA tome una decisión definitiva sobre el futuro del programa SLS y de la misión Artemis. La comunidad científica y el público en general estarán atentos a cualquier novedad sobre este tema que marcará el rumbo de la exploración espacial en las próximas décadas.