La XXIX Cumbre Iberoamericana, celebrada en la ciudad de Cuenca, Ecuador, se cerró este viernes sin una declaración oficial debido a la falta de consenso entre los diecinueve países participantes, de los veintidós que conforman el grupo de habla española y portuguesa, en la que además no ha hubo representación de México, Venezuela y Nicaragua.
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Todos los países, excepto Argentina, estaban de acuerdo en apoyar un documento que incluía acuerdos en materia de equidad de género, acciones para luchar contra el cambio climático, impulsar la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y condenar el embargo comercial de Estados Unidos contra Cuba, entre otros asuntos.
Pero el representante del presidente Javier Milei, el embajador Eduardo Acevedo, expresó la negativa del Gobierno argentino a suscribir esos artículos y, en contrapartida, propuso que los diecinueve firmaran un documento que recogiera sólo las materias de común acuerdo, algo a lo que se opuso Cuba y el resto de los países.
Siguiente cumbre será en España
Por otro lado, el Rey Felipe VI ha asumido este viernes, en nombre de España y su gobierno, el testigo de Ecuador para la celebración de la XXX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en España en 2026, ocasión para la que desea recuperar “el espíritu e ilusión” de las primeras cumbres.
Con este acto de traspaso de la Secretaría pro Témpore a España ha finalizado la XXIX Cumbre Iberoamericana que se ha celebrado en la ciudad ecuatoriana de Cuenca, una cita que ha tenido la representación más baja de jefes de Estado y de Gobierno desde la creación de estas cumbres, en 1991.
La clausura de esta cumbre lleva a fijar la mirada en la siguiente, en la de 2026, ha dicho el monarca, una cita que será muy simbólica, al ser la XXX y tener lugar en el 35 aniversario de la primera, celebrada en Guadalajara (México), en 1991.
Será la cuarta que acoja España, después de la de Madrid, en 1992; Salamanca, en 2005 y Cádiz, en 2012. Para esta cumbre se ha mostrado convencido de que España contará con el apoyo del resto de los países iberoamericanos, que han expresado un respaldo unánime a la candidatura.
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Felipe VI ha reafirmado su compromiso con la comunidad iberoamericana de naciones y ha señalado que para la cita de Madrid desea recuperar “el espíritu e ilusión que inspiraron las cumbres fundacionales, como expresión del profundo afecto y hermandad” entre los diferentes pueblos.
Tras reconocer el trabajo y la contribución de Ecuador al sistema de cumbres, ha destacado el trabajo realizado por la Secretaría General Iberoamericana, así como del resto de países asistentes que se ha concretado en una agenda completa de compromisos y mandatos de los estados que conforman esta “comunidad de naciones”.
Felipe VI ha destacado los ejes esenciales de innovación, inclusión y sostenibilidad que han sido el lema de la cumbre y ha explicado que la Declaración de Cuenca “marca la senda para seguir avanzando en la articulación de respuestas a las demandas” de la sociedad ante los nuevos retos, como la triple transición, digital, ecológica y social.
Ha apelado por ello a la “fuerza” de la comunidad iberoamericana con la convicción de que pronto se podrá acompasar el sistema de cumbres “a los retos del presente, con una mirada esperanzada en el futuro y el deseo de transmitir a las nuevas generaciones este valioso compromiso con el espacio iberoamericano”.