La Policía Nacional de Ecuador confirmó este miércoles 6 de noviembre de 2024 que el sacerdote Enrique Fabián Arcos Sevilla, asesinado el 30 de octubre en la zona andina del país, conocía a sus victimarios. Las autoridades indicaron que ya tienen una “línea investigativa fuerte” que involucra tanto el robo a su domicilio como su desaparición y posterior asesinato.
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De acuerdo con las indagaciones realizadas, Arcos Sevilla recogió a uno de los sospechosos y se trasladó con él a otros domicilios en la ciudad de Ambato. “Esto quiere decir que el padre conocía a quienes fueron luego sus victimarios”, señaló la Policía, que añadió que existen registros de cámaras de seguridad que muestran al sacerdote caminando tranquilamente con los sospechosos, según recoge EFE.
Las autoridades mencionaron que el móvil del asesinato sería el robo, aclarando que no se trató de un asalto al azar, sino que el sacerdote mantenía una relación de confianza con los implicados. Según la Policía, el clérigo tuvo la confianza de compartir detalles de su vida personal, incluido su domicilio, con alguno de los sospechosos.
La Policía ya tiene plenamente identificados a los presuntos responsables y se encuentran a la espera de las boletas de captura correspondientes. Además, se destacó que al menos uno de los involucrados en el crimen sería de nacionalidad extranjera.
Este caso sigue bajo investigación, mientras las autoridades continúan con las diligencias para esclarecer todos los detalles del crimen.
Vehículo incinerado
La Policía confirmó este martes que halló incinerado en el sur de Quito el vehículo del sacerdote asesinado y apuntó que, en el lugar del hallazgo, peritos de Criminalística de la Policía recopilaron evidencias que pueden ayudar a esclarecer el crimen y localizar a los responsables.
El vehículo fue trasladado a los patios de la Policía para continuar con las averiguaciones.
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El hallazgo se dio en el marco de la investigación llevada a cabo por las autoridades tras informar el pasado lunes de que el cadáver del religioso fue encontrado en el centro andino del país, cuatro días después de que fuera reportado como desaparecido.
Según medios locales, al parecer el cuerpo del sacerdote mostraba signos de violencia y tenía las manos atadas, aunque las autoridades no se han referido al respecto públicamente.
El religioso prestaba apoyo en las celebraciones religiosas en la parroquia de Huachi Chico, en el sur de la ciudad de Ambato, la capital de la provincia de Tungurahua.
La muerte violenta de Arcos Sevilla se produjo en medio de la crisis de inseguridad que vive el país desde hace unos cuatro años, y que convirtió a Ecuador en el más violento de América Latina en 2023, cuando reportó un índice récord de 47,2 asesinatos por cada 100.000 habitantes.
Con datos de EFE