El gobierno ruso ha impuesto una sorprendente sanción económica a Google, en un conflicto que expone las tensiones entre Moscú y el gigante tecnológico. La multa millonaria, que supera con creces el PIB mundial (20 quintillones), se debe a la presunta inacción de Google para eliminar contenido considerado ilegal en Rusia, como material que promueve las drogas, el suicidio o la oposición política.
Rusia lleva años exigiendo que las plataformas tecnológicas acaten sus regulaciones de contenido. De acuerdo con las autoridades rusas, Google ha sido reincidente al no cumplir con la remoción de publicaciones específicas, pese a las advertencias y sanciones previas.
El conflicto entre Rusia y Google ha escalado a lo largo de los años. Youtube ha tomado medidas restrictivas sobre el contenido de medios estatales rusos en respuesta a las sanciones impuestas por Estados Unidos y otros países tras la invasión de Ucrania.
Este enfrentamiento ha llevado a Rusia a endurecer sus políticas en internet, con una visión de “soberanía digital” similar al modelo chino, bloqueando redes privadas virtuales (VPN) y estableciendo mayores controles sobre sus servidores. Además, el Kremlin continúa buscando la creación de una “internet rusa” aislada de las grandes redes globales, argumentando la necesidad de proteger a sus ciudadanos de influencias externas.
Esta medida también pone en relieve la pugna de poder entre Rusia y empresas extranjeras, quienes argumentan que estas restricciones limitan la libertad de información y el acceso al conocimiento global. Sin embargo, la presión del Kremlin se mantiene firme, y se espera que continúen los desafíos legales y diplomáticos para lograr que empresas como Google adapten sus operaciones en línea al marco normativo ruso
