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Ecuador en llamas: 1.337 incendios amenazan a la población y al medio ambiente

1.337 incendios en menos de un mes en todo el Ecuador

Desde el 23 de agosto al 18 de septiembre de 2024, se han registrado 1.337 incendios forestales en Ecuador, en 21 provincias del país, afectando 23.453,48 hectáreas de cobertura vegetal. Esto representa 284 incendios más que en el mismo período de 2023.

Además, Ecuador enfrenta un marcado déficit de lluvias en comparación con los valores históricos para esta época del año, lo que ha ocasionado una crisis del agua. Entre julio y septiembre de 2024, la ausencia de lluvias ha sido significativa en varias regiones del país: en la Costa, las precipitaciones han estado entre un 20% y un 80% por debajo de lo normal; en la Sierra, el déficit ha variado entre un 30% y hasta un 90% más bajo; mientras que, en la Amazonía, los valores han oscilado entre un 20% y un 60% menos.

En respuesta a esta compleja situación, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) emprende acciones para mitigar el impacto de los incendios a escala nacional.

Actualmente, hay 12 incendios activos y 4 controlados. Se encuentran activados dos COE provinciales en Cotopaxi y Loja; así como 13 COE cantonales en Alausí (provincia de Chimborazo), Mejía, Rumiñahui y Quito (provincia de Pichincha), Catamayo, Loja, Gonzanamá y Quilanga (provincia de Loja), Urcuquí (provincia de Imbabura), Espejo (provincia de Carchi), Nabón y San Fernando (provincia de Azuay), y Sigchos (provincia de Cotopaxi). Esta activación permite una respuesta organizada y coordinada en las áreas más afectadas.

Hasta la fecha, se han llevado a cabo 55 intervenciones aéreas para el reconocimiento y extinción de incendios, descargando más de 949.000 litros de agua. Además, se han activado 10 Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF), con personal especializado que continúa trabajando en las áreas críticas, como el cantón Sigchos en Cotopaxi y Quilanga en Loja.

Las condiciones climáticas, con temperaturas entre 16°C y 33°C, y la sequía prolongada han complicado los esfuerzos de extinción, especialmente en áreas montañosas de difícil acceso. Además, la escasez de lluvias ha agravado el déficit hídrico en varias regiones, disminuyendo la disponibilidad de agua para combatir los incendios.

A pesar de las dificultades, el compromiso es firme: continuar desplegando todos los recursos necesarios para controlar y extinguir los incendios que aún se mantienen activos. Asimismo, se hace un llamado a la ciudadanía para que tome las precauciones necesarias y colabore con las autoridades, evitando actividades que puedan incrementar el riesgo de nuevos focos de incendio.

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