Una mujer que supuestamente fue drogada por su ahora exesposo para que otros hombres la violaran mientras estaba inconsciente declaró el jueves ante los jueces que su mundo se derrumbó cuando la policía descubrió los años de presuntos abusos.
Con voz tranquila y clara, Gisèle Pélicot detalló ante el tribunal de Avignon, una ciudad del sur de Francia, el horror de descubrir que su exesposo grababa sistemáticamente las presuntas violaciones cometidas por docenas de hombres, almacenando miles de imágenes que los investigadores de la policía encontraron más tarde.
“Es insoportable”, afirmó. “Tengo tanto que decir que no siempre sé por dónde empezar”.
Dominique Pélicot, que ahora tiene 71 años, y otros 50 hombres están siendo juzgados por violación y se enfrentan a penas de hasta 20 años de cárcel. El juicio comenzó el lunes y se espera que dure hasta diciembre
The Associated Press no suele identificar a las víctimas de delitos sexuales. Pero el abogado de Gisèle Pélicot, Stéphane Babonneau, dijo que la mujer aceptó que se revelase su nombre de la misma forma en que insistió que el juicio fuese público.
En su declaración, dijo que espera que su testimonio ayude a evitar que otras mujeres pasen odiseas similares y apuntó que pidió que fuese una audiencia pública en solidaridad con otras mujeres que no son reconocidas como víctimas de delitos sexuales.
Ella y su esposo durante 50 años vivían en su domicilio familiar en una pequeña localidad de Provenza con sus tres hijos. Pero a finales de 2020, su mundo hizo pedazos.
“Pensé que éramos una pareja unida”, dijo ante los jueces.
Pero un guardia de seguridad descubrió a su marido tomando fotos de entrepiernas de mujeres en un supermercado, lo que llevó a los investigadores a registrar el celular y la computadora de Dominique Pélicot, donde encontraron miles de fotografías y videos de hombres que parecían violar a Gisèle en su casa mientras ella parecía estar inconsciente.
Conmocionada, dejó a su esposo cuando la policía le enseñó algunas de las imágenes.
“Para mí, todo se viene abajo”, declaró. “Son escenas de barbarie, de violación”.
Se marchó con dos maletas, “todo lo que me quedaba tras 50 años de vida en común”. Desde entonces, añadió “ya no tengo identidad (...) no sé si alguna vez volveré a reconstruirme”.
Los policías que investigaron el caso hallaron los mensajes que Dominique Pélicot habría enviado a través de una web de mensajería empleada habitualmente por delincuentes, en los que invitaba a hombres a abusar sexualmente de su mujer. La web ha sido cerrada.
Los macabros detalles de los repetidos abusos, que según los investigadores comenzaron en 2011, y del elaborado sistema que Pélicot había puesto en marcha durante 10 años salieron a la luz durante el juicio.
Los hombres invitados al domicilio de la pareja debían seguir ciertas normas: no podían hablar en voz alta, tenían que quitarse la ropa en la cocina y no podían utilizar perfume ni oler a tabaco, según reportó la prensa francesa.
A veces, tenían que esperar hasta una hora y media en un estacionamiento cercano para que la droga hiciese efecto y dejase a su víctima inconsciente.
“Me sacrificaron en el altar del vicio”, afirmó la mujer. “Me veían como a una muñeca de trapo, como a una bolsa de basura”.
Como Dominique Pélicot grabó en video las supuestas violaciones, la policía pudo localizar — durante dos años — a la mayoría de los 72 sospechosos a los que buscaban.
Junto a Pélicot están siendo juzgados otros 50 hombres con edades comprendidas entre los 22 y los 70 años. Varios niegan algunas de las acusaciones en su contra, alegando que fueron manipulados por Pélicot.
Durante los próximos meses, los acusados comparecerán en pequeños grupos ante un tribunal de cinco jueces y está previsto que Pélicot suba al estrado la próxima semana. Entre los testigos hay también psicólogos, psiquiatras y expertos en informática.