Después de intentos y maniobras en la Corte Nacional de Justicia, lo consiguió: el expresidente de la Judicatura, Wilman Terán consiguió en la noche del 12 de agosto que jueces acepten la apelación al habeas corpus y será trasladado de manera inmediata desde la cárcel de máxima seguridad La Roca en Guayaquil, hasta la cárcel 4 de Quito para cumplir su prisión preventiva.
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Las juezas de la Corte Nacional, Enma Tapia y Katherine Muñoz aceptaron la apelación al habeas corpus que había sido negado por otro tribunal. Solo el juez Alejandro Arteaga votó en contra.
Wilman Terán es procesado por presunta delincuencia organizada y obstrucción de la justicia en los casos Metástasis e Independencia Judicial.
Las juezas argumentaron que la defensa de Terán demostró que este había sido víctima de “tratos crueles, inhumanos y degradantes” durante su estadía en La Roca.
En la resolución, las juezas dieron un plazo de 48 horas al SNAI para que cumpla con el traslado de Terán a Quito donde también le otorgaron varios beneficios como el uso de equipos electrónicos y comodidades.
Se ordenó que el procesado tenga acceso a “diferentes equipos electrónicos y demás herramientas de trabajo útiles para que pueda ejercer plenamente su defensa, por un tiempo de, al menos, ocho horas diarias, en espacios adecuados con conexión a Internet, con las limitaciones del caso; luz eléctrica”, se lee en el documento.
También, se permitirá “las visitas a sus abogados patrocinadores, en la privacidad que se requiere, sin restricción alguna de horarios ni tiempos de visita, sin necesidad de agenda previa”. Además, el Ministerio de Salud deberá garantizar revisiones periódicas, tanto psicológicas como psiquiátricas para Terán.
