Se trata del inversionista en bienes raíces, Larry Connor, de Dayton, quien aseguró que él y el cofundador de Triton Submarines, Patrick Lahey, se sumergirán más de 12 400 pies hasta el lugar del naufragio en un sumergible para dos personas. Esto a casi un año de la tragedia sucedida con los tripulantes del OceanGate.
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“Quiero mostrarle a la gente de todo el mundo que, si bien el océano es extremadamente poderoso, puede ser maravilloso y placentero y realmente cambiar la vida si se aborda de la manera correcta”, dijo Connor al Wall Street Journal.
Lehey diseñó una embarcación de UDS 20 millones denominada Triton 4000/2 Abyssal Explorer, que según Connor puede realizar el viaje repetidamente.
“Patrick ha estado pensando y diseñando esto durante más de una década. Pero no teníamos los materiales ni la tecnología”, dijo Connor. “No se podría haber construido ese submarino hace cinco años”, añadió.
Ambos dijeron que el viaje puede realizarse sin riesgos de desastres. Esto a pesar de la implosión del submarino Titán en junio de 2023, suceso que conmocionó al mundo, debido a que murieron cinco personas a bordo, incluido el director ejecutivo de OceanGate, Stockton Rush.
El Titán se dirigía al lugar del Titanic cuando de repente sufrió una “implosión catastrófica” el 18 de junio. Días después de la tragedia, Connor llamo a El Titán se dirigía al lugar del Titanic cuando de repente sufrió una “implosión catastrófica” el 18 de junio.
Lahey fue uno de los críticos de la industria de aventuras en aguas profundas que acusó a OceanGate de aplicar estándares de seguridad cuestionables y calificó el enfoque de Rush como “bastante depredador”.
Expertos de la industria y un empleado denunciante habían manifestado previamente sus temores sobre la seguridad del buque, en parte porque OceanGate optó por no certificarlo a través de grupos de seguridad creíbles como la Oficina Estadounidense de Transporte Marítimo y Det Norske Veritas en Europa.