La noche del viernes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lanzó una advertencia directa a Irán, instándolos a abstenerse de atacar a Israel y advirtiendo de fuertes consecuencias en caso de hacerlo.
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Sin embargo, horas después, el mundo quedó consternado al confirmarse el lanzamiento de misiles por parte de Irán hacia territorio israelí; pero, ¿qué llevó a Irán a desafiar las advertencias internacionales y a aumentar la tensión en una región aterrada por conflictos?
El conflicto entre Israel e Irán tiene raíces profundas, marcadas por décadas de tensiones políticas y religiosas. Teherán considera a Israel como un estado ilegítimo y a sus líderes como aliados del “gran Satán”, es decir, Estados Unidos, de acuerdo con BBC News, y, por otro lado, Israel acusa a Irán de financiar grupos terroristas y de perpetrar ataques contra sus intereses en la región.
El reciente aumento de la escalada se remonta al ataque perpetrado por Israel en el Consulado de Irán en Siria el 1 de abril, que resultó en la muerte de personal de la Guardia Revolucionaria iraní. En respuesta, Irán anunció a Israel que habría consecuencias por la agresión sufrida.
La comunidad internacional, así como expertos en política internacional, comenzaron a advertir sobre la posibilidad de un gran ataque por parte de Irán, según información de HuffPost, especialmente después de que se detectaran movimientos de activos militares iraníes, incluyendo aviones no tripulados y misiles de crucero, preparándose para un posible ataque a objetivos israelíes.
El viernes 12 de abril, Biden reiteró el compromiso de Estados Unidos con la protección del pueblo israelí, advirtiendo a Irán sobre las graves consecuencias de cualquier agresión hacia Israel. Sin embargo, horas después, Irán desafió estas advertencias lanzando misiles hacia territorio israelí, incrementando aún más la tensión en la región.
Este último desarrollo ha generado preocupación en la comunidad internacional y ha puesto en alerta a los líderes mundiales, quienes buscan una solución diplomática para evitar una escalada aún mayor del conflicto que algunos temen se convierta en la Tercera Guerra Mundial.