Metro Ecuador ingresó a la cárcel de Cotopaxi en un recorrido guiado por las Fuerzas Armadas, quienes ahora tienen el control del Centro de Privación de la Libertad. Los uniformados revelaron detalles sobre cómo funcionaba antes el reclusorio, mismo que era lidera por cabecillas de bandas criminales, que hoy son consideradas grupos terroristas y objetivos del Gobierno Nacional.
En la etapa masculina de esta cárcel, las personas privadas de la libertad, tenían la opción de realizar talleres de rehabilitación. Sin embargo, los mismos dejaron de ser utilizados para el tratamiento de los internos.
Una vez que hubo la intervención militar, los uniformados pudieron conocer que los líderes criminales acapararon estos espacios para usarlos en beneficio propio.
De acuerdo a los elementos militares, el taller de Panadería dejo de cumplir su fin cuando se convirtió en bodega y escondite de ropa de marca, televisores y electrodomésticos. Además, se transformó en el ‘bufet privado’ de los líderes criminales, quienes pedían platos a la carta.
Taller de esculturas bajo el pedido de cabecillas
Asimismo, los reos tenían como opción alternativa de su rehabilitación un taller dedicado a las artes plásticas. Sin embargo, al igual que con el curso de Panadería, dejó de cumplir su fin para ser usado como un privilegio de quien mandaba en los pabellones de mediana y mínima seguridad de esta cárcel.
Metro Ecuador registró el video de las esculturas que estaban siendo elaboradas antes de la intervención militar. Sin embargo, las mismas no tenían ningún beneficio para los reos menores, ya que ellos solo tenían que cumplir con la tarea de elaborar las imágenes bajo el pedido de algún cabecilla, como una especie de capricho de los mismos.
A diferencia de la etapa masculina, donde existía esta jerarquía y extorsión, en la etapa femenina los talleres todavía cumplen su rol de rehabilitación. Incluso la reas fabrican productos para empresas, donde obtiene un beneficio económico para ayudar a su familia desde el encierro.