La madre de María Belén Bernal, Elizabeth Otavalo, se pronunció luego de la suspensión de la audiencia en el caso de su hija. Debido a la ausencia de la defensa de Germán Cáceres, el Tribunal de Garantías Penales convocó a las partes para el jueves 25 de mayo, a las 14:30.
Desde la Sala de la audiencia, Otavalo, expresó que es un caso serio y que este viernes se ha demostrado que “cuatro de los abogados que fueron calificados para la audiencia no se presentaron”. Entonces calificó la acción como:
En ese sentido, pidió a los medios, que los abogados sean sancionados con el máximo de la ley por el Consejo de la Judicatura.
Luego, desde los exteriores, del Complejo Judicial expresó que la ausencia de la defensa de Cáceres es una “burla” y reiteró castigo para los juristas.
Hoy se tenía previsto el veredicto en contra de los dos procesados por el femicidio de Bernal.
El Tribunal, además de declarar fallida la audiencia de juicio, impuso una multa de dos salarios básicos a los abogados del procesado. Igualmente, se indagará la razón por la que no se presentaron los defensores. Podría haber responsabilidades penales, según advirtieron.
También dispuso oficiar al Consejo de la Judicatura para que se establezcan sanciones administrativas. Estaba previsto que hoy las partes procesales expongan sus alegatos finales.
El trámite de juicio comenzó el lunes, pues es uno de los casos de violencia contra las mujeres que ha generado mayor conmoción en Ecuador.
Bernal apareció asesinada cerca de la Escuela Superior de Policía donde su Cáceres ejercía de instructor, quien según las indagaciones ocultó el cadáver, se fugó del país y fue capturado en Colombia.
Los hechos sucedieron en la madrugada del 11 de septiembre de 2022 cuando Bernal fue a visitar a Cáceres en el recinto policial, al norte de Quito, donde éste presuntamente la mató en su habitación y después se deshizo del cadáver, que fue hallado diez días más tarde en un cerro cercano al lugar.
El caso despertó gran alarma social al producirse el asesinato dentro de un recinto policial, e incluso Otavalo ha llegado ha calificarlo como un crimen de Estado.