Todo el país se preguntaba qué había pasado con el vicepresidente Alfredo Borrero, ya que no estuvo presente en el anuncio de la firma de la muerte cruzada por parte del presidente Guillermo Lasso. Sin embargo, Borrero se pronunció luego de la cadena nacional.
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En su cuenta de Twitter el segundo mandatario escribió: “El presidente y yo estamos convencidos de que el pueblo ecuatoriano es quien tiene el poder real. Somos demócratas, respetamos la Constitución y escuchamos a los ciudadanos. Estamos en Gabinete definiendo nuevas acciones inmediatas en beneficio de los ciudadanos”.
En la cadena nacional solo apareció Lasso y algunos de sus principales ministros, los que causó cuestionamientos sobre la relación de Borrero con Lasso.
En los casi dos años que Alfredo Borrero lleva en su cargo, sus pocas apariciones han sido cuestionadas por parte de la opinión pública. Sin embargo, otros analistas han mencionado que el vicepresidente solo se ha limitado en cumplir las tareas asignadas por Lasso.
El pasado 24 de mayo de 2021, Lasso, mediante un decreto ejecutivo, le encargó a Borrero la coordinación de las políticas públicas necesarias para el Sistema Nacional de Salud en conjunto con el Ministerio de Salud Pública y la Secretaría Nacional de Planificación.
Si se hubiese concretado el juicio político que se estaba llevando en la ahora Asamblea disuelta, con la destitución de Lasso, el vicepresidente Borrero era el que tenía que tomar las riendas del país hasta 2025 y llamar a una terna para escoger al nuevo segundo mandatario.
17 de mayo, día histórico para el Ecuador
Guillermo Lasso se ha convertido en el primer Presidente de la República en decretar la muerte cruzada donde se disuelve la Asamblea Nacional y convoca a elecciones anticipadas. Su argumento para utilizar el artículo 741 de la Constitución, se basó en la grave conmoción política y social que atraviesa el país. Esto, luego que estar enfrentando un juicio político por presunto peculado en la Asamblea Nacional.
Al ser la primera vez en Ecuador en que se aplica, ahora Lasso debe convocar en seis meses nuevas elecciones legislativas y presidenciales, en las que podría perder el poder. Entonces, a partir de allí nace el término coloquial “muerte cruzada”: Tanto el presidente como la Asamblea Nacional pierden sus atribuciones.