Se trataba de Timothy Treadwell y su novia Amie Hugenard, de 46 y 37 años de edad, quienes pasaron a la historia por el crudo relato que logró registrarse en su muerte cuando un oso grizzly los atacó en el Parque Nacional Katmai, en Alaska, Estados Unidos, el verano del pasado 5 de octubre de 2003.
Según narran medios internacionales y quienes han dado seguimiento al caso por mucho tiempo, la tragedia habría sucedido de la siguiente manera.
La noche del domingo 5, un día previo a que un piloto de hidroavión los recogiera, un oso de unos 4 metros de altura arremetió contra el campamento de la pareja en medio de la oscuridad.
Inmediatamente, uno de los dos, no se sabe quien, prendió la cámara sin quitar la tapa, para lo que se presume captar como es el encuentro del animal hambriento con un ser humano.
En el audio se puede escuchar los gritos de Treadwell siendo devorado por el oso. El sonido de la lluvia golpeando la carpa se combinaba con los gritos de desesperación de la mujer, quien tan solo le puede decir a su amado “que se haga el muerto”, mientras el feroz animal lo desmiembra.
En un momento, se escuchó un silencio penetrante que fue interrumpido por los alaridos de Amie, quien ahora es la nueva víctima del mamífero. Tras seis minutos de un escalofriante escenario, todo se calma y el audio, que no está completo al alcance del público, se termina.
¿Cómo supieron de su muerte?
Quien se dio cuenta de la muerte de ambos fue Willy Fulton, el piloto que los fue a buscar al lugar de recogida acordado. 24 horas antes había hablado con Timothy para pactar el viaje, pero en cuanto aterrizó en el Parque Nacional Katmai advirtió algo extraño.
El silencio del lugar lo impactó. No había ninguna persona allí, y a pesar de llamarlo a los gritos, no obtuvo respuesta.Entonces decidió volar hacia donde se alojaba la pareja y vio la peor imagen.
El campamento estaba destruido y en el lugar había un oso agachado comiendo una caja torácica. Cuando las autoridades llegaron al campamento, divisaron restos humanos esparcidos por las cercanías.
La mitad del brazo de Timothy aún conservaba su reloj pulsera. Los guardaparques mataron al oso que aún seguía allí y cuando abrieron su estómago descubrieron restos humanos y ropa.
Con información de diario El Tiempo de Colombia y La Nación de Argentina.