Desde la madrugada de este martes 28 de marzo, el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IGEPN) reportó que a través de imágenes satelitales de GOES-16, se puede observar una delgada nube de ceniza de 1000 metros sobre el volcán Cotopaxi, que se dirige hacia al norte.

“En consecuencia, existe posibilidad de caida de ceniza LEVE en los cantones Mejia, Rumiñahui y el sur de Quito. Este fenómeno ha sido frecuente dentro del actual periodo eruptivo”, informó el IGEPN.

Asimismo, indicó: “Se recomienda tomar las medidas pertinentes y recibir información de fuentes oficiales. El IG-EPN se mantiene vigilando el evento e informará oportunamente en caso de detectar cambios en las señales de monitoreo”.

Asimismo, alrededor de las 05h05, la emisión de gas con ceniza observada y reportada por satélite según el informe NR:2023/152, tenía una altura de 1 113 metros. A las 05h55, la nube aumentó a 2 000 metros y las 06h00 se mantuvo en los 1 500 metros.

¿Cómo se ha mantenido el movimiento del volcán?

Según el IGEPN, desde finales del mes de febrero de 2023 se viene observando un descenso progresivo en las tendencias de los parámetros de vigilancia del volcán Cotopaxi, tanto en la actividad interna como en la superficial.

A nivel interno, el cambio está marcado principalmente por una disminución en la cantidad de sismos diarios (tremores: asociados a emisiones de ceniza y LPs: asociados a movimiento de fluidos).

A nivel superficial el cambio se ve reflejado, entre otros, por la disminución en el flujo y masa de dióxido de azufre (SO2) emitidos por el volcán a la atmósfera y por el descenso en la tasa de emisiones de ceniza y la cantidad de ceniza emitida.

La evolución de esta actividad a mediano plazo es incierta, debido a la naturaleza misma de los fenómenos volcánicos. Sin embargo, ahora se considera que el escenario más probable a corto plazo (días a semanas) es que las emisiones de ceniza sean cada vez menos frecuentes, menos energéticas y que en general la intensidad de la erupción siga disminuyendo progresivamente.

A pesar de este cambio de tendencia eruptiva, se recalca la importancia de mantener activo el sistema de vigilancia y continuar con las tareas de prevención asociadas a los escenarios eruptivos planteados para el volcán Cotopaxi.