Tras la decisión de la cancillería ecuatoriana de expulsar al embajador de Argentina en Quito, Gabriel Fuks, y declararlo “persona no grata”, ese país respondió de la misma manera y pidió la salida del embajador ecuatoriano, Xavier Monge, de esa nación. Esto deriva del caso de María de los Ángeles Duarte Pesantes, exministra del gobierno de Rafael Correa.
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<b>“Lamentando por lo tanto la incomprensible decisión del Gobierno ecuatoriano de solicitar el retiro de Ecuador del embajador Gabriel Fuks, se ha decidido adoptar por nuestra parte la misma situación con respecto al embajador ecuatoriano en Argentina”.</b>
— Comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina
Se agrega en la misiva que el Gobierno argentino continuará “actuando en el marco del pleno respeto de las normas internacionales aplicables y estará siempre dispuesto a entablar diálogo con las autoridades ecuatorianas para encontrar respuestas mutuamente aceptables para esta situación con el objetivo permanente de fortalecer (sus) relaciones con la República del Ecuador”.
Monge se desempeñaba como embajador de Ecuador en Argentina desde agosto del 2021.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, del que está al frente Santiago Cafiero, consignó que “más allá de las diferencias puestas de manifiesto tras el pedido de asilo diplomático” de Duarte Pesantes “por la parte argentina”, y luego del “rechazo a la concesión de dicho estatus y el consiguiente salvoconducto por las autoridades ecuatorianas”, era de “público conocimiento” que la exfuncionaria “continuaba alojada en la legación argentina”.
Las relaciones bilaterales entre Ecuador y Argentina sufren un traspié tras conocerse que María de los Ángeles Duarte, abandonó la Embajada de Argentina en Quito el lunes 13 de marzo, y no está claro cómo salió de esos predios.
La partida hacia Caracas de Duarte, que fue ministra en el mandato de Rafael Correa, se dio después de que el Gobierno del presidente argentino Alberto Fernández le concediera en diciembre el asilo solicitado pero el de Ecuador, presidido por Guillermo Lasso, le negara el salvoconducto para viajar a Buenos Aires sin ser detenida.
Expulsión de Gabriel Fuks
“Consideramos que es lo mejor para Ecuador por su dignidad y por respeto absoluto a la Justicia”. Fueron las palabras del ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Juan Carlos Holguín, al anunciar la expulsión del embajador de Argentina en Quito.
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Holguín argumentó una pérdida de confianza en Fuks, en cuya residencia estaba refugiada Duarte desde hacía más de dos años y medio para evitar ir a prisión por una condena por corrupción.
Holguín explicó que el Gobierno ecuatoriano ha otorgado un plazo de tiempo “prudente” para que el embajador argentino abandone el país, ya que considera que “se ha violado la buena fe y la confianza mutua que se busca en la relación entre estados”.
<b>”En nuestra idea no está romper relaciones con Argentina, pero esta medida era necesaria para que podamos recuperar la confianza. Ecuador considera que no es una persona idónea”</b>
— Ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Juan Carlos Holguín
Contradicciones
El titular de la cartera de Relaciones Exteriores comentó que este martes Fuks le dio información distinta y supuestamente contradictoria a la proporcionada en la noche del lunes, cuando el canciller argentino, Santiago Cafiero, le informó que Duarte había abandonado la residencia del embajador, aparentemente sin previo aviso.
Sin embargo, este martes por la mañana le señalaron que Duarte se encontraba en la Embajada de Argentina en Caracas, tras haber dejado la residencia de Quito entre el viernes o el sábado.
Holguín también señaló que hasta ahora la misión diplomática de Argentina no ha entregado documentos y material solicitado por el Gobierno ecuatoriano como las grabaciones de las cámaras de seguridad que permitirían esclarecer las circunstancias de la salida de Duarte de la residencia de la misión diplomática argentina.
El canciller consideró que el arribo de Duarte a Caracas es “una mala noticia para la lucha contra la corrupción e impunidad” y reiteró que la exministra no es una perseguida política, ya que su condena por corrupción se dio en 2020, antes de que llegara al poder el actual Gobierno.
Con datos de EFE y Télam.