La jornada electoral en Guayaquil fue algo atípica, al menos durante las primeras horas de la mañana. Un breve recorrido por recintos electorales de las parroquias García Moreno, Sucre, Urdaneta y Ximena, la afluencia de ciudadanos no fue masiva.
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Al menos eso se observó hasta las 11:00, mientras fuera de los recintos electorales se apostaban vendedores ambulantes y los ya conocidos emplasticadores, en las juntas receptoras del voto no se observaron las acostumbradas filas de ciudadanos esperando cumplir con su derecho al voto.
Un ejemplo fue en el recinto electoral del colegio Rosario Sánchez Bruno, en la parroquia Sucre. A las 10:00, unas decenas de ciudadanos se encontraban en el interior buscando su mesa. “Esta casi vacío el colegio, pude salir rápido menos mal, no como en otras ocasiones”, expresó Javier Lindao, minutos después de sufragar.
En la parroquia García Moreno el escenario fue similar. En los exteriores, al menos seis emplasticadores esperaban ansiosos la llegada de algún ciudadano que saliera del recinto electoral Unidad Educativa República de Venezuela, para realizar sus trabajos.
“A veces la gente espera la tarde o se acuerdan a última hora de votar”, sostuvo Clara Macías, quien junto a su pequeña máquina para emplasticar observaba la escasa concurrencia que se movilizaba sin dificultad por la calle Tulcán, que previamente había sido cerrada al tráfico vehicular.
En cambio, en el recinto electoral del colegio Xavier (parroquia Tarqui) la asistencia aumentó cerca del mediodía, pese al intenso sol y calor que se registró a esa hora. Personal de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) cerró el carril derecho de retorno a los vehículos, para facilitar la movilidad de los transeúntes.